De lo mucho que se ha dicho respecto de Jesucristo, aquí testificaremos quién es él, junto a las Escrituras sagradas, según el Espíritu de Dios.
De Jesús, damos testimonio que este es aquel que habría de venir, habiendo sido prometido por Dios, desde el principio, a través de la boca de sus profetas, de la Ley entregada a Moisés, de los cantos y salmos expresados por los ungidos de Dios, y por medio de las promesas hechas por Dios y los patriarcas.
Él es el cumplimiento de todas las Escrituras.
“Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos. (45)Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras.” Lucas 24:44-45
Jesús es el Hijo de Dios, que reveló a Aquel que nunca fue visto por ninguno.
“Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quién yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo. (16) Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. (17) Pues la Ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. (18) A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, Él le ha dado a reconocer.” Juan 1: 15-18
Jesús es Dios mismo entre nosotros
Y el Verbo se hizo carne:
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. (2)Este era en el principio con Dios. (3)Todas las cosas por Él fueron hechas, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
(4)En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. (5) La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
(6) Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. (7) Este vino por testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por Él. (8) No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz. (9) Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. (10) En el mundo estaba, y el mundo por Él fue hecho; pero el mundo no le conoció
(11) A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. (12)Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; (13) los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
(14) Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. (15) Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: este es de quién yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí porque era primero que yo. (16) Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. (17) Pues la Ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.”
Juan 1:1-17
Y
“Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida. (Porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó) lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.”
1 Juan 1:1-3
Jesús es el verdadero Dios y la vida Eterna:
“Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida Eterna.”
1 Juan 5:20
“Felipe le dijo: Señor muéstranos al Padre y nos basta. (9) Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo pues dices tú: Muéstranos al Padre? (10) ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, ÉL hace las obras.”
Juan 14:8-10
Después de su resurrección al tercer día.
“Luego dijo a Tomás: pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo sino creyente. (28) Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío. (29) Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron y creyeron”
Juan 20:27-29
Padre, Hijo y Espíritu Santo: Los tres son Uno.
Hay un único Dios creador de todas las cosas, Señor sobre todo y todos, en todos los tiempos.
El Padre está en el Hijo, el Hijo en el Padre, el Espíritu en el Hijo y en el Padre; y el Padre en el Espíritu y en el Hijo; y el Hijo en el Espíritu y en el Padre.
“¿Quién es que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? (6) Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad. (7) Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: El Padre, El Verbo y el Espíritu Santo, y estos tres son uno. (8) Y tres son los que dan testimonio en la tierra: El Espíritu, El agua y la sangre; y estos tres concuerdan.”
1 Juan 5:5-8
Y
“Respondió Jesús y le dijo: El que me ama mi palabra guardará, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.” Juan 14:20
“En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, yo en vosotros.” Juan 14:20
Y
“En vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero. (18) Yo doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí.”
Juan 8:17-18
“Yo y el Padre somos uno”
Juan 10:30
El Hijo, siendo Dios, se aniquila a si mismo de la forma de Dios
Eso para rescate de aquellos que había escogido, por el pecado, justificándolos por su sangre derramada en la cruz hasta la muerte. Pago justo de nuestra deuda.
“Haya pues en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, (6) el cual siendo en forma de Dios, no estimó en ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse, (7) sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
(8) y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
(9) Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, (10) Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; (11) Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.”
Filipenses 2:5-11
Jesús manifiesta la propia imagen de Dios invisible, que creó todas las cosas.
“En quién tenemos redención por su sangre, el perdón de los pecados. (15) Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda la creación; (16) Porque en Él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de Él y para Él.
(17) Y Él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en Él subsisten; (18) Y Él es la cabeza del cuerpo que es la Iglesia, el que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en él tenga toda la preeminencia (19) por cuanto agradó al Padre que en Él habitase toda plenitud (20) y por medio de Él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre en su cruz.”
Colosenses 1:14-20
De Jesucristo profetizaron los profetas, siglos antes de su venida en carne:
“Servid a JEHOVÁ con temor, y alegraos con temblor. (12) Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino, pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían.”
Salmo 2:11-12
“Eres el más hermoso de los hijos de los hombres; La gracia se derramó en tus labios; Por tanto Dios te ha bendecido para siempre (3) ciñe tu espada sobre el muslo, oh valiente, con tu gracia y con tu majestad. (4) En tu gloria sé prosperado; cabalga sobre palabra de verdad; de humildad y de justicia, y tu diestra te enseñará cosas terribles. (5) Tus saetas agudas, con que caerán pueblos debajo de ti, penetrarán en el corazón de los enemigos del rey. (6) Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; cetro de justicia es el cetro de tu reino. (7) Has amado la justicia y aborrecido la maldad; por tanto te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros. (8) Mira áloe y casia exhalan todos tus vestidos; desde palacios de marfil te recrean.”
Salmo 45:2-9
“JEHOVÁ dijo a mi Señor: siéntate a mi diestra, hasta que ponga tus enemigos por estrado a tus pies. (2) JEHOVÁ enviará desde Sión la vara de tu poder; domina en medio de tus enemigos”
Salmo 110:1-2
“Y estando juntos los fariseos, Jesús le preguntó (42) diciendo ¿Qué pensáis del Cristo? ¿De quién es Hijo? Le dijeron: De David. (43) Él les dijo: ¿Pues cómo David en el Espíritu le llama Señor, diciendo: (44) Dijo el Señor a mi Señor: siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos por estrado a tus pies? (45) Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su hijo? (46) y nadie le podía responder palabra; ni osó alguno desde aquel día preguntarle más.”
Mateo 22:41-46
“He aquí yo envío, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbditamente a su templo el Señor a quién vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quién deseáis vosotros. He aquí viene ha dicho JEHOVÁ de los ejércitos. (2) ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿O quién podrá estar en pie cuando Él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores.”
Malaquías 3:1-2
Jesús, ofrenda por nuestro pecado
“¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y sobre quién se ha manifestado el brazo de JEHOVÁ?
(2) Subirá cuál renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.
(3) Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondiste de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
(4) Ciertamente llevó Él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
(5) más Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
(6) Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas JEHOVÁ cargó en él el pecado de todos nosotros.
(7) Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
(8) Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.
(9) Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.
(10) Con todo eso, JEHOVÁ quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de JEHOVÁ será en su mano prosperada.
(11) Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.
(12) Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo Él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores el amor eterno de JEHOVÁ hacia Israel.”
Isaías 53
Jesús, aquel que nació de una virgen en Belén, sin embargo tiene sus orígenes desde la eternidad:
“Pero tú Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.”
Miqueas 5:2
“Por tanto, el Señor mismo os dará señal; He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un Hijo, y llamará su nombre Emanuel.”
Isaías 7:14
(Emanuel, es decir, “Dios con nosotros”)
Jesús no nace en la eternidad, pero la eternidad nace de Él
“Porque un niño nos es nacido Hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. (7) Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de JEHOVÁ de los ejércitos hará eso.”
Isaías 9: 6-7
Y tantos más pasajes y promesas, hablarían de Él y se cumplirían en Él. En Jesús se cumpliría la profecía del descendiente de Eva que pisaría la cabeza de la serpiente, la profecía del cuerpo del arca de Noé, del descendiente bendecido de Abraham, del hijo de Isaac; del menor que sería servido por el mayor, de la piedra de reposo de Jacob, la profecía del cordero pascual y de su sangre sobre los umbrales de las casas antes de la décima plaga de Egipto, del camino en seco en medio del Mar Rojo con Moisés, profetizando la destrucción de la esclavitud para libertad rumbo a la tierra prometida, del maná en el desierto, de la construcción del Templo en la descendencia de David, profetizando lo hecho por su hijo Salomón, y así, pasando por cada profeta, por cada salmo, hombre y mujer de Dios, siempre sombras y señales de Aquel que habría de venir estaban allí presentes. Pues Dios todo lo que creó, lo creó por medio de Él y para Él, de su Hijo Jesucristo, Aquel en que el Padre se complace. Y también haya placer en la creación únicamente por medio de Él.
El Hijo amado, que una vez revelado, atrae todo para Él mismo, no habiendo otro medio o camino de estar con Dios y ser con Dios sino por Él.
“Respondió Jesús y dijo: No ha venido esta voz por causa mía, sino por causa de vosotros.
(31) Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera. (32) Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo. (33) Y decía esto dando a entender de qué muerte iba a morir.”
Juan 12:30-33
“Sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quién vosotros crucificasteis y a quién Dios resucitó de entre los muertos, por Él este hombre está en vuestra presencia sano.
(11) Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo.
(12) Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.”
Hechos 4:10-12
“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.”
1 Timoteo 2:5
De Jesucristo también testificamos en los días de hoy, que Él es el Hijo Unigénito de Dios y Dios mismo, que murió en la cruz y resucitó al tercer día y es Aquel que vive por los siglos de los siglos y tiene la Vida para todo aquel que lo busca.
Testimonio esto delante de Dios, Alan de Zoppa Maia y Juan Sebastian Gonzalez Jimenez