Gog y Magog: El Misterio del Pueblo Enemigo de Dios

Gog y Magog: El Misterio del Pueblo Enemigo de Dios

Junio 16, 2020 0 By Juan S. Gonzalez Jimenez

“Hijo de hombre, pon tu rostro contra Gog en tierra de Magog, príncipe soberano de Mesec y Tubal, y profetiza contra él,”
Ezequiel 38:2

Gog es de la tierra de Magog, que significa “Techo” o “Terrado”, en hebreo. Significa también el nombre de un príncipe en una tierra, siendo el jefe de un pueblo, de una nación, llamada Magog.

Por esto, en revelación, sabemos también que se refiere al techo o la cobertura de esta tierra de Magog, tanto en el sentido natural como espiritual, lo que quiere decir  que Magog está “por sobre” este pueblo o nación llamada Magog. Gog es el cielo de ellos, es el cielo de una nación llamada Magog.

Gog no solamente es la tierra de Magog, o el nombre del príncipe de ella, también es el nombre de aquello que le es por cobertura, lo que le está por encima, como su cielo. Significando así lo espiritual y moral de esta tierra.

Ya Magog es un pueblo, una nación a la cual le fue dada el nombre del segundo hijo de Jafet, el hijo de Noé.

Magog, este mismo que es citado en la palabra de Dios en Ezequiel 38:2, está allí descrito en revelación de una profecía que nos va a hablar lo que él, figurado en el nombre del hijo de Jafet, representa como pueblo dentro de esa descendencia.

De ese descendiente de Jafet vendrían a descender también las naciones gentilicias, que se van a levantar en el final de los tiempos contra Israel.

Aquí, acordándonos también que en la Palabra de Dios este pueblo Mogag estaba junto con otras naciones en la Torre de Babel.

Dios habla contra ellos:

“Hijo de hombre, pon tu rostro contra Gog en tierra de Magog, príncipe soberano de Mesec y Tubal, y profetiza contra él,”  Ezequiel 38:2

Y en Su Santa Palabra, ¿qué es lo que más nos dice de este Gog?, Príncipe de Magog y de  muchas otras naciones juntas, ¿o qué nos habla desde su origen?

Rubén el hijo primogénito de Jacob, pecó acostándose con la mujer de su padre. Y con esto perdió los derechos de su primogenitura. En esta transgresión, su descendencia traería grandes desastres para dentro de Israel, y que repercutiría incluso a la misma Iglesia de Cristo en el final de los tiempos. Digo la Iglesia, no en su totalidad, sino en su porción que, de igual modo se asemeje a aquella transgresión, a pesar de pertenecer al pueblo de Dios, como también era aquel.

Sobre la profecía de Jacob acerca de este Rubén está escrito:

“1 Y llamó Jacob a sus hijos, y dijo: Juntaos, y os declararé lo que os ha de acontecer en los días venideros.

Juntaos y oíd, hijos de Jacob,
Y escuchad a vuestro padre Israel.

Rubén, tú eres mi primogénito, mi fortaleza, y el principio de mi vigor;
Principal en dignidad, principal en poder.

Impetuoso como las aguas, no serás el principal,
Por cuanto subiste al lecho de tu padre;
Entonces te envileciste, subiendo a mi estrado”. Génesis 49:1-4.

Y siendo Rubén el primogénito, al profanar el lecho de su padre no solamente trajo “castigo” sobre sí mismo, sino también “consecuencia de maldición” en un descendiente, por la transgresión en este pecado:

“21 Y salió Israel, y plantó su tienda más allá de Migdal-edar.

22 Aconteció que cuando moraba Israel en aquella tierra, fue Rubén y durmió con Bilha la concubina de su padre;”. Génesis 35:21-22.

Descendientes de Rubén

1 Los hijos de Rubén primogénito de Israel (porque él era el primogénito, mas como violó el lecho de su padre, sus derechos de primogenitura fueron dados a los hijos de José, hijo de Israel, y no fue contado por primogénito;

bien que Judá llegó a ser el mayor sobre sus hermanos, y el príncipe de ellos; mas el derecho de primogenitura fue de José);

fueron, pues, los hijos de Rubén primogénito de Israel: Hanoc, Falú, Hezrón y Carmi.

Los hijos de Joel: Semaías su hijo, Gog su hijo, Simei su hijo,

Micaía su hijo, Reaía su hijo, Baal su hijo,

Beera su hijo, el cual fue transportado por Tiglat-pileser rey de los asirios. Este era principal de los rubenitas”. 1 Crónicas 5:1-6.

De Judá vino la descendencia del principado del Mesías, Jesús Cristo. Pero por Rubén vino a nacer uno de nombre Gog (ver el versículo cuatro), el mismo nombre de aquel que Dios habla: Gog, el príncipe de las naciones que vendrá en el fin de los tiempos contra Israel y su Iglesia. O sea, “Uno” que habiendo recibido la palabra de Dios, en alguna ocasión, con sus descendientes la traicionarían. Se volverían contra Dios y su Iglesia.

Por lo tanto, este que es descendiente de Rubén como descrito en la Palabra citada arriba, por nombre Gog, proveniente de la familia de carne Rubén, traería consigo, en sombra, el nombre del hijo de la perdición.

En suma, por haber profanado el lecho de Israel, Rubén genera en una parte de su descendencia en la carne uno con el nombre de Gog, (decimos “en parte” porque no es anulada la tribu entera, la cual incluso fue puesta por nombre de una de las doce puertas de Jerusalén celeste). Descendencia que por el pecado que cometió Rubén y de los que pecarían a semejanza de esta transgresión y muchos serían los que así harían, pasarían a ser llamados Gog y Magog.

Así nos es revelado que este es el tipo de hombre que conociendo el poder y la ley de Dios, se vuelve en contra su progenitor físico y espiritual en prostitución y profanación.

Una traición de la cual no trajo condenación a Rubén, sino a los descendientes de este tipo de pecado cometido contra Dios.

Al profanar Rubén el lecho y la ley, generó en este hecho el principio de una vileza sobre un tipo de “hombre de traición”, uno que traicionaría a su padre y a su Dios por medio de este pecado de profanación. Principio que dará la legalidad para el surgimiento de un príncipe de las tinieblas que se levanta con muchas otras naciones en semejanza de pecado, los que profanaren también el descanso y los tiempos de Dios, revelándose contra Él en el fin de los tiempos.

Y todo esto en un descendiente en este pecado de Rubén. Transgresión que le fue a él perdonada; aunque cuando ella fuese manifiesta en toda una generación en el fin de los tiempos, sería traída como la misma transgresión en muchos. En este descendiente por nombre Gog, tomaría Dios su nombre para designar por él, el nombre de aquel príncipe que en el encubierto y desde las tinieblas se vuelve contra Dios usando los hombres. Atacando la iglesia y a su pueblo generado en el Espíritu, a través de la Palabra.

El mismo príncipe que es el verdadero anticristo (formado en los hombres rebeldes), viniendo el poder a través de Satanás. Levantándose en el fin de los tiempos contra Israel y contra la iglesia que es el pueblo de Dios.

En el tiempo de hoy,  Gog es el nombre del príncipe de la iniquidad. “Residente espiritual” en la conciencia y en el corazón de los hombres perversos. Él es el techo de ellos, o su cubierta espiritual.

Por eso también domina en los miembros y en las acciones de hombres rebeldes a Dios, los cuales están bajo la tiranía de este dominio por la potestad del aire. Y es así como ellos se componen en el mundo; formando el cuerpo de los hijos de la perdición.

Son estos que forman Magog, teniendo un solo nombre aunque sean muchos, como también los demonios que en la ocasión del gadareno se presentaron a Cristo con un solo nombre: Legión, aunque fuesen muchos. Magog junto a muchas naciones que formarán un mismo cuerpo son los que rechazan en el fin de los tiempos la vida Eterna prometida por Cristo; vida eterna y salvación que viene a través de Él.

De la misma forma como el hijo de Jacob perdió su primogenitura, Rubén, aun así fue salvo por el arrepentimiento. Así también han sido salvos muchos que pecaron como él y se arrepintieron. Sin embargo es en su descendencia que aparece el nombre de Gog, refiriéndose a una porción de la misma generación que como ellos transgredieron el mandamiento de Dios y no se arrepentirán en el final de los tiempos, formando un cuerpo ya con sentencia de muerte, por no tener más poder de arrepentimiento.

Recayendo sobre los descendientes de este pecado esta herencia maldita y por lo tanto, quedando expuestos a este juicio de transformación como cuerpo enemigo de Dios.

Juicio que vendrá sobre todos los que pisaren sobre la salvación y pecaren con la medida de aquel que se acostó sobre el lecho de su padre, Israel.

Dios determinó que ellos tendrán al final el castigo eterno, por haberse levantado, profanando el pacto con Dios, siendo contra Israel, el hijo de Dios.

De ese pecado, nacido en la transgresión de Rubén y juntado en Gog (aunque Rubén mismo hubiese alcanzado perdón); habrá como un juicio en la carne sobre muchos de esa transgresión que se junten en un cuerpo, como en aquel cuerpo que al final de los tiempos será llamado “el hombre de la perdición”.

Un pecado en el espíritu que ahora vendrá a manifestarse en los hombres corporalmente que son para perdición en el final de los tiempos. Son estos los que profanarán la salvación.

La Palabra dice:

“18 Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo.

19 Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros.

20 Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.

21 No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira procede de la verdad.

22 ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.

23 Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre”. 1 Juan 2:18-23.