El hombre natural en la tierra: Caín, Abel y las descendencias

Febrero 3, 2015 0 By Juan S. Gonzalez Jimenez

Por Juan Sebastian Gonzalez Jimenez

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Génesis 4 y la relación para esta revelación de 1 Juan 3:8-15

“8 El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.

9 Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.

10 En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.

11 Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros.

12 No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas.

13 Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece.

14 Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte.

15 Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él”.

1 Juan 3:8-15

 

En la primera carta del apóstol Juan capítulo tres versículo ocho dice lo siguiente: quien comete pecado es del diablo; porque quien peca es del diablo por eso se manifestó el hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Cualquiera que no comete pecado es de Dios porque su simiente permanece en él, por lo tanto es hijo de Dios. (Aunque todos pecamos).

Ahora, en esta revelación dice que el diablo tiene poder sobre aquel que comete pecado. Caín cometió pecado y por el pecado Satanás  tuvo control por medio del mal, en él. Como dice en el versículo 12 citado arriba.

Para poder entender la relación del hombre en la tierra con Dios. Entendamos estos en los primeros hombres, Caín y Abel:

El pecado de Caín, fue sentir rabia y envidia del hermano porque su ofrenda no fue aceptada como la de Abel  ya que esta no vino desde el corazón en el amor como la de su hermano.

La ofrenda que él, Caín presentó al Señor (Génesis 4), fue en la intención de sus propios intereses y no en el amor como la de su hermano, queriendo que Dios le aprobara lo que salía de él; de lo que el hombre natural puede ofrecer y al hacerlo así, pecó y así el diablo tuvo control sobre sus actos en su vida, en su coexistir.

Sabemos que en nuestro tiempo presente, Jesucristo se manifestó para deshacer las obras del diablo y de aquellos que cometiesen pecado a semejanza de Caín. En estos hombres y en los de hoy en día, el diablo opera a través de la legalidad que tiene en ellos.

En el pasar de los tiempos, en el pasar de los siglos en el mundo. Estos hombres vinieron pecando en todo tipo de crímenes y delitos; estos crímenes son descritos, en sus obras realizadas en pecado, por sus hechos de maldad y malas acciones, dentro del camino y del actuar de sus vidas. En el transcurso  de sus propios tiempos existentes aquí en la tierra, dentro de sus pueblos y culturas; viviendo entre las naciones que han existido en la faz de la tierra.

Ahora refiriéndose a nosotros como pueblo separado por Dios, somos diferentes de aquellos que son, en la condición de Caín. Porque hoy día tenemos la semiente de Dios, que es Jesucristo.

En el tiempo de Caín y Abel, el Espíritu Santo estaba sobre ellos pues Dios conversaba con ellos. Abel en su relación con Dios en la obediencia era aceptado por su actuar y su correcto comportamiento, por el poder de la gracia en él y por sus actos de justicia.

Al contrario, en Caín actuaba Satanás. El motivo de este actuar, era por las brechas abiertas por causa del pecado cometido por él y por el aborrecimiento de este para con su hermano Abel.

En la simiente de Dios, los hijos de Dios son manifiestos. Pero quien aborrece a su hermano, en ese, el mal manifiesta, y en sus propios hijos, haciéndolos tornarse hijos de maldición, como está escrito en la palabra.

Aunque el fruto del vientre sea dado por Dios, como dijo Eva al nacer Caín; “Por voluntad de Jehová he adquirido varón” (Génesis 4:1). Al ser Caín el primogénito, debería tornarse hijo en rescate y adopción de Dios. Pero para esto, tendría que ser aceptado primero por Él, por Dios, en una entrega ofrecida en sacrificio, igual como está escrito en la ley mosaica. En definitiva como sabemos, en el sacrificio de Jesucristo en la cruz.

Es una opción del hombre, que sea aceptado o no por Dios, significando así: para poder llegar a ser los hombres, hijos del Altísimo; Dios los acepta en la ofrenda o los rechaza en ella, tornándose estos, en este último caso, excluidos; hijos de perdición.

Ofrenda aceptada por Dios: Arrepentimiento y quebrantamiento donde actúa la misericordia de Dios.

Volviendo a la palabra que dice; “todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios”. (1 Juan 3:10) Caín odió a su hermano y lo mató, en el versículo 12 de esta carta dice por qué; y en el 11, este es el mensaje que está escrito: “que nos amemos unos a otros”.  Siguiendo en el versículo 12 dice: “no seamos como Caín, que era del maligno y asesino a su hermano” y ¿por qué causa lo mató? Porque sus obras eran malas y las de su hermano justas. En este versículo dice que; Caín ya era del maligno cuando mató a Abel. Este fue un crimen doloso, cometido cuando la maldad ya manipulaba el individuo. En aquel tiempo, Caín estaba actuando en sus obras de pecado; siendo él instrumento de Satanás, teniendo ya abiertas las puertas de su alma al mal.

En las ofrendas de Caín y Abel fueron manifiestas sus obras:

 En el caso de Caín, en su ofrenda, este ofreció de “aquello” que Dios no se agradó. Significa que como los frutos de la tierra, venían de la tierra maldecida por Dios por causa del pecado de Adán, Dios no se agradó de ellos y no los aceptó.

Entendemos que si Caín ofrendó de lo mejor que tenía, o de lo que encontró o pensó que era mejor; entregó a Dios frutos de la tierra, de la misma tierra que Dios dijo a Adán “maldita será la tierra por tu causa” (Génesis 3:17). Él tuvo la intención de hacer una ofrenda salida de su corazón, pero lo hizo con el corazón inclinado hacia el mal, por libre albedrío, volcando su voluntad para sí mismo. Caín en este caso, solo podría ofrendar a Dios, lo que de su corazón natural fue generado. Ya que su ofrenda venía de la tierra maldita por el pecado de Adán.

Dicho todo esto en discernimiento del Espíritu: trae al conocimiento lo que tiene que ver con el origen de las ofrendas y con relación a nuestros actos. También con lo que nos es considerado como lo mejor de nuestro trabajo y ganancias en las riquezas adquiridas, con la hartura de ellas: de como las direccionamos, de cómo las aprovechamos para con nosotros mismos o en agradecimiento para con Dios, y en el compartir en relación a nuestro prójimo.

Caín y Abel, en la inclinación de sus almas, ofrendaron a Dios. Para saber Dios, si estas ofrendas estaban inclinadas hacia Él o al corazón de ellos mismos, o para su prójimo. En este hecho; Dios develó sus inclinaciones; en su intención, en su actuar, en su naturaleza espiritual y natural terrena, probándolos a través de sus obras y en aquello que ellos ofrecieron a Dios.

A Abel le fue aceptada su ofrenda, por el hecho de que era producto de los frutos de las ovejas, lo que significa; la vida entregada a los pies y en el altar del Señor, por ser estos frutos de sacrificio. (Ver en la ley Éxodo 13:2, 8, 9,10, 11, 12, 13, 14, 15, 16)

2 Conságrame todo primogénito. Cualquiera que abre matriz entre los hijos de Israel, así de los hombres como de los animales, mío es” .

“8 Y lo contarás en aquel día a tu hijo, diciendo: Se hace esto con motivo de lo que Jehová hizo conmigo cuando me sacó de Egipto”.

 “9 Y te será como una señal sobre tu mano, y como un memorial delante de tus ojos, para que la ley de Jehová esté en tu boca; por cuanto con mano fuerte te sacó Jehová de Egipto”.

 “10 Por tanto, tú guardarás este rito en su tiempo de año en año”.

“11 Y cuando Jehová te haya metido en la tierra del cananeo, como te ha jurado a ti y a tus padres, y cuando te la hubiere dado,” 

“12 dedicarás a Jehová todo aquel que abriere matriz, y asimismo todo primer nacido de tus animales; los machos serán de Jehová”.

 “13 Mas todo primogénito de asno redimirás con un cordero; y si no lo redimieres, quebrarás su cerviz. También redimirás al primogénito de tus hijos”.

“14 Y cuando mañana te pregunte tu hijo, diciendo: ¿Qué es esto?, le dirás: Jehová nos sacó con mano fuerte de Egipto, de casa de servidumbre; “

 “15 y endureciéndose Faraón para no dejarnos ir, Jehová hizo morir en la tierra de Egipto a todo primogénito, desde el primogénito humano hasta el primogénito de la bestia; y por esta causa yo sacrifico para Jehová todo primogénito macho, y redimo al primogénito de mis hijos”.

 “16 Te será, pues, como una señal sobre tu mano, y por un memorial delante de tus ojos, por cuanto Jehová nos sacó de Egipto con mano fuerte”.

Aunque no estuviese establecida la ley mosaica en ese tiempo, estaba escrita su obra en la inclinación en el corazón del hombre como ley moral y de justicia, de esta forma esta ley es aceptada por Dios. Como dice en Romanos 2:12-16.

“12 Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; 

13 porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. 

14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, 

15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, 

16 en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio”.

Romanos 2:12-16

Esta ley se cumple en el ser humano, en la forma natural del libre albedrío:

Para el bien, ella manifiesta el hombre en rectitud;

Para el mal, en sus actos de injusticia, y en ambos en las ofrendas entregadas a Dios.

En el versículo 15 de Éxodo 13, entendiendo el significado al final de este versículo donde dice: son rescatados o redimidos los primogénitos de los hombres, a través del sacrificio de los primogénitos de los animales santificados por Dios.

Estos animales fueron separados por orden de Dios para sacrificio. Sacrificio en ritual delante del Señor, realizado en el altar del santuario. Donde el inocente sería el pagador en rescate por los pecados del hombre (precio de sangre de remisión).

Aunque el hombre hubiese sido llamado por Dios, era necesario que un inocente en sacrificio de sangre, pagase por los pecados de los hijos y primogénitos de los hombres para que estos tuviesen remisión de sus pecados.

Los animales inocentes sacrificados prefiguraban al verdadero cordero pascual: Jesucristo.

 “Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros”.

1 Corintios 5:7

Obs: el cordero representa al inocente, el cual derrama la virtud a través de su sangre para remisión y rescate del alma del pecador, ya que él,  el pecador, está revestido por su naturaleza humana, la cual no se puede acercar a Dios.

El cordero representa el cuerpo de Cristo generado por Dios.

El Cordero fue dado como ser viviente en santificación por Dios, porque su sangre representa el alma y vida, sin embargo la sangre del cordero animal, ofrecida en ofrenda en el altar; no lo es como en el ser humano; porque el cordero no tiene alma, solo es sombra o prefigura del verdadero, Cristo Jesús.

Obs: El fruto de la tierra presentado por Caín, representa lo que produce aquello que estaba en condenación; la tierra por el pecado de Adán como en Génesis 4.

En los hechos de la ley, una vez que era aceptado el sacrificio del animal inocente, era aceptado también  el sacrificio hecho por los hijos de los hombres para; rescate, perdón y liberación de estos. La ofrenda era traer al inocente al altar del sacrificio, por ellos, para perdón de sus pecados.

Buscado Dios en esta ocasión, de la ofrenda de todo hombre, el primogénito de los hombres, a través del sacrificio. Y, en el principio de la raza humana, lo hizo en la descendencia de Adán: en Caín y Abel sus hijos.

Como estos eran los dos primeros hijos del hombre, también era la primera ocasión para que se tornaran hijos de Dios, a través de la ofrenda de estos para Él.

Explicando que si las ofrendas fuesen aceptadas en los escogidos, estas tendrían que ser presentadas y entregadas a Dios en santidad y pureza de corazón, y solamente entonces, ellos recibirían como premio, la remisión de sus pecados y todas las bendiciones dadas por Dios, hasta llegar al verdadero hijo de la promesa, como bien sabemos; Jesucristo. En esta primera ocasión, la ofrenda aceptada fue la de Abel.

Al inicio de los sacrificios, hechos por el hombre a Dios, ellos; Caín y Abel, presentaron sus ofrendas, según el orden de nacimiento. Caín nació primero pero aquí se entiende por primogénito, no el primer hijo de Adán, más sí el primer hijo para Dios. Solamente este vendría a ser recibido y aceptado por Dios, en el sacrificio y en la ofrenda.

En el versículo 16, del capítulo 13 de Éxodo, Dios deja por señal del Espíritu una marca hecha para y en el cumplimiento de la promesa, para rescate y salvación en la tierra prometida, en la mano derecha y en la frente; en quién fue aceptado en santificación. Una vez que estos, Israel, habían sido aceptados como pueblo e hijo.

Y estos, con la señal del Espíritu (en prefigura al de pentecostés. Hebreos 9:8-9,11), en la condición de escogidos y fuera de la tierra de los primogénitos carnales; diciendo esto del hombre natural o mundano y por lo tanto rebelde a Dios. Como fueron los  que se quedaron para muerte, en la tierra de Egipto, hablando así de esta manera, de los primogénitos que eran del pueblo del Faraón.

Volviendo a Génesis 4: Caín es aquí el primogénito, hombre probado por Dios, en su naturaleza, en el principio de la raza humana. A quién no le fue aceptada su ofrenda porque estas provenían de la tierra, o sea de su propia naturaleza ya corrupta (porque está escrito “maldita será la tierra por tu causa”).

Abel fue probado también y fue por su propia voluntad que esto sucedió, igual que Caín, pero Abel dio a Dios del sacrificio de él (en la ley toda ofrenda y sacrificio era presentada en arrepentimiento y renuncia) y en el espíritu (no en la carne); de lo que se agradó el Altísimo.

Viendo en el versículo 13, capítulo 3 de la carta del Apóstol 1 Juan, que dice: “no os extrañéis si el mundo os aborrece” porque los que son del mundo aborrecen los hijos aceptados por Dios.

Caín odió a Abel como así también el mundo nos odia a nosotros; hablando de este estado de cosas presentes; en esta sociedad actual donde nosotros estamos insertos, somos aborrecidos por este sistema, que es generado en el hombre natural, en toda actuación y acción de estos, reflejado en las costumbres y las actitudes de los hombres, generada en los ellos. El resultado de toda obra mala y mundana, son desaprobadas por las actitudes y obras de los hijos de Dios.  La actitud y obra del justo condena la del injusto. Esto sucede también hoy en día en toda la tierra.

Como fue también en los descendientes de Caín, que aborrecieron y odiaron, a todos los que fueron como los patriarcas a partir de Set. Estos te aborrecen a ti también, en el tiempo presente. Queriendo decir con esto, según lo dicho anteriormente de este tipo de hombre; que ellos prefiguran; la descendencia de Caín, los hijos de perdición de hoy.

El odio motivado de estos, viene de Satanás, derivado por la misma razón, de la cual Caín odió a su hermano.

Pero, ¿por qué le vino todo este odio a Caín? Odio por el cual mató a su hermano; porque no le fueron aceptadas sus obras cometidas constantemente en sus actos de injusticia juntamente con sus iniquidades, reflejadas en sus ofrendas. Porque para Dios, todo lo que el hombre hace en el medio del mundo, se le toma en cuenta para ser juzgado en el juicio final, al cual todos compareceremos.  Y en lo que viene a decir en el versículo 14 de la primera carta de Juan

 

“14 Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte”.

 1 Juan 3:14

Nos revela que la realidad animal y diabólica odia al prójimo. También transfigura la imagen de Caín. O sea, lo que no es aceptado por Dios, en el hombre natural y en sus obras, permanece en la muerte, sin poder ser separado para la vida.

Cuando estuvieron en el mundo Caín y Abel, después que sus padres pecaron y fueron expulsados del paraíso. Nacieron y fueron generados en la tierra, en la condición de pecado. En la misma condición que tenían sus padres cuando entraron en este mundo, fuera del jardín del Edén. Como dice en el Salmo 51:5

Aunque estuviesen en condición de pecado y no de merecida maldición, Dios hablaba con ellos; porque aún no habían cometido crimen por derramamiento de sangre, pero aun así no tenían santidad, ni se podrían aproximar a Dios, como para ser parte de Él. A no ser que fuese en el “acto del sacrificio”, en el lavar de sus pecados; para que quedasen limpios delante de Dios. Esta condición santa dada en el perdón de Dios por su misericordia, otorgada después de haber presentado el sacrificio de ofrenda. Y esto solo sería posible, con el limpiar en la remisión de sus pecados; después de ser probados y aprobados.

Esta aceptación  vendría a darse, en  la completa entrega de ellos a Dios que los llamaba. Este ofrecimiento de parte de Caín y Abel, fue en espera de ser aceptados por Él. Entrega manifestada y manifiesta en sus ofrendas, obras, acciones e inclinaciones de sus corazones.

Para que Caín y Abel pudiesen alcanzar “la Vida”; buscaban a Dios, y para conseguir esto, solo lo lograrían a través del sacrificio; y sacrificio de sangre. Derramado de parte del inocente pagador, como era el cordero expiatorio, descrito en los mandamientos de la ley mosaica. Para que este sirviera, en la remisión de los pecados cometidos por los hijos de los hombres.

Sin haber estado escrita aún la ley en ese tiempo: Vendría a ser tomada en cuenta, la ley venida desde el corazón, aprobando o desaprobando los hechos personales, en las obras de cada cual; Y esto escudriñado por Dios, que conoce nuestras inclinaciones del corazón y pensamientos.

Los sacrificios del fruto de las ovejas y de otros animales, prefiguraban al Cordero Pascual; Jesucristo.

Como dice en primero Corintios: capítulo 5 versículo 7

 “Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros”.

1 Corintios 5:7.

Siguiendo en el versículo 15 de la carta de primera de Juan capítulo 3;

 “Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él”.

1 Juan 3:15

Los aborrecedores de aquellos que Dios ama, se transforman en homicidas delante de Él, los cuales no entrarán en el Reino Eterno del Señor Jesucristo. Cualquier homicida será expulsado de la presencia del Señor.

Vestiduras del hombre: Génesis 4

 Génesis 3:21 “Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió”.

“Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón”.

Génesis 4:1

Al entrar Adán y Eva en este mundo: Lo hicieron en la condición de criatura, colocadas en ellos por Dios, las vestimentas de pieles de animales, significando estas; la envoltura natural y carnal, cubriéndolos, como el cuerpo físico sobre el alma o cuerpo espiritual.

Quedando el cuerpo carnal en estado de pecado, después que se corrompieron por la desobediencia cometida en el jardín.

A partir de su introducción o estadía en la tierra; tenían en su hombre natural el pecado, el que estaba a las puertas de entrada de sus almas y dentro de su naturaleza. Desde que fueron creados en la tierra, existía en ellos un estado de corrupción. Conviviendo con él en su finito y cotidiano vivir aquí en la tierra.

Ellos; Adán y Eva aquí en este mundo, se enfrentaban con imperfección; en el conocimiento del bien y del mal. Este conocimiento, era de si podrían separar o no la luz de las tinieblas; en el poder de la sabiduría y lucidez adquirida en la tierra, en estado de pecado, que era el fruto o entendimiento del conocimiento de la creación.

El cual también les enseñaba como generar la vida en la naturaleza y descubrir los dones en las artes, pretendiendo encontrar perfección en el actuar, dentro de sus propios comportamientos y dentro de sí en las inclinaciones de su propia naturaleza y también en la observación y convivir en el mundo en las formas palpables.

Obs: tinieblas se entiende por toda obscuridad e imperfección dentro de lo natural y espiritual. Luz como la perfección eterna venida de Dios.

En la forma espiritual, ellos luchaban constantemente entre cuerpo, alma y espíritu. Por otra parte dentro de su hombre natural, luchaban por el dominio de sus caracteres (ambición, arrogancia, vanidad, invención destructiva) y por el control y manipulación de su vida. Para que si en ellos ganase y prevaleciese la lucha del espíritu por sobre la de los sentidos pudiese alcanzar a Dios.

Las pieles dadas por Dios al hombre al salir del paraíso, son el revestimiento animal y humano como lo conocemos al hombre hoy en día el cual envuelve el alma.

Se dio esta situación y condición,  una vez que ellos quisieron ser como Dios en el pecado en el paraíso  y para poder lograrlo, se alimentaron del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Actuaron en el libre albedrío en el Edén, como lo es entre millares de diversas situaciones que les depara la existencia humana, en el transcurso de la vida del hombre en la tierra.

Al estar ellos aquí en la tierra y conviviendo con el pecado como castigo; Adán y Eva pretendían acercarse a Dios, para querer ser como imagen de Dios. El requisito para esto, es la condición de adopción que se logra solo a través del cumplimiento de la ley de Dios, y para que en el cumplimiento de ella, poder separar el bien del mal, la luz de las tinieblas, la perfección de la imperfección. Y como sabemos nosotros, ese poder se encuentra solo en las manos de Dios.  Al cumplir sus mandamientos como dice la palabra;

“37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 

38 Este es el primero y grande mandamiento.

39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 

40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”.

42 “…¿Qué pensáis del Cristo? ¿De quién es hijo?…”

Mateo 22:37, 38, 39, 40, 42.

Si ellos consiguiesen este propósito en este mundo, llegarían a la perfecta y absoluta forma de Dios en la obediencia a Él.

Aunque el hombre lograse obtener todo esto; de ser imagen de Dios, el Todopoderoso que es uno solo en toda la existencia; y nadie puede ser como Él; el hombre lo tendría que lograr en la condición de adopción. En realidad, en la resurrección,  este podrá aproximarse a Él para tal perfección. Donde “tal perfección”, solo se consigue al morir el hombre natural. Para  de esta muerte ser resucitado  en Cristo y así ser parte de las primicias de Él (Cristo); el Ungido de Dios.

Pero cuando comenzaron a vivir en la tierra Adán y Eva,  con el pecado introducido en ellos por el maligno. En la condición de haber sido inducidos a rebelión y a muerte, una vez de haber sido contaminadas su naturaleza y dominados por sus sentidos; Él, el Dios vivo, en su voluntad, decidió dejarlos en la tierra, en la condición de pecadores, hechos como hombre y mujer, a imagen de Dios; esto último deseado por ellos.

Dios “los creó” en la tierra (porque en el Edén “los formó del polvo, en la esencia de la materia sin corrupción”); refiriéndose en esto, al estado actual del ser humano, conocedor del bien y del mal.  Aunque tal conocimiento, solamente a Dios le es posible separar (el bien del mal).

Después de comer del árbol del conocimiento del bien y del mal, Dios los creó en esa condición, conocedores del bien y del mal, para que ellos, en esta posición de pecadores, lograsen tener una oportunidad dentro de la salvación; Y Dios sabía que esto lo lograrían si es que se allegaran a Él, en la renuncia de sí mismos y así obtendrían aquello que no puede conseguir el ser humano por sí mismo; ser perfectoposeer todo en la creación (ser imagen de Dios, dueños de la vida y la muerte).

Esta perfección el hombre la puede lograr, solo a través del propio Dios, y para conseguir esto, como lo sabemos, solo es posible a través de  la condición de adopción.  Dios lo dice en Salmo Salmos 2:7

“Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy”.  Salmo 2:7

Y declarando Dios su majestad en Isaías 40:22, 45:12.

“Él está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar”.

 Isaías 40:22

“Yo hice la tierra, y creé sobre ella al hombre. Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a todo su ejército mandé”.

Isaías 45:12

 

Porque separando el bien del mal, en el conocimiento de los designios de Dios, separado, es esto como propósito divino; la perfección. Gloria venida; de la naciente y de la altísima fuente del Señor de las luces, que es el propio Dios, en donde no le cabe oportunidad al mal y a lo que “no es”.

La maldad contradice toda la creación hecha por Dios, y ella no tiene que hacer nada en este mundo  creado por Dios. Porque ella, la maldad, aislada de toda forma perfecta, intenta corroer y alimentarse de toda acción de destrucción, hasta llegar al extremo, de destruirse en el caos provocado por ella misma.

El cuerpo del hombre natural opera en el mal al no poder separar el pecado de la ley de Dios. Contradice la obra perfecta de Él. Porque toda forma, en la creación en estado natural o espiritual del hombre, se debe acercar o ser completamente perfecta, para así ser parte de la hechura divina en la eternidad. A través del amor, el propósito de Dios es perfecto. En Él lo es para siempre.

El infinito, refiriéndose al Creador, creó infinitas formas y criaturas; estas son las realidades pretendidas por el hombre o por la creación angélica, de infinidad. Pero ellas si  quisieren ser perennes como lo quieren los hombres, lo intenten conseguir a través del que es, Cristo, en el Eterno que es Dios.

“Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios”. Romanos 8:19. 

La creación manifiesta, a través de las pretensiones humanas o de toda potestad o principado en los cielos y en la tierra para llegar a la perfecta forma y sabiduría de Dios, es posible solo a través de Jesucristo. Unión manifiesta a través del poder de Cristo en su iglesia.

“22 sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles,
23 a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos,
24 a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel”. Hebreos 12:22-24.

“15 Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.

16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.

17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; 

18 y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; 

19 por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, 

20 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz”.

 Colosenses 1:15-20

 

Siguiendo en Génesis 4:2-4

“2 Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra.

3 Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová.

4 Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda;”

 Génesis 4:3-4

En los tiempos antes de la ley Mosaica, lo que era traído por los hombres al altar del Señor, si fuese de las primicias del ganado, le era grato al Dios Altísimo y también aceptado por Él, porque este sacrificio con sangre, de los primogénitos de los animales, era visto por Dios, como las primicias que dan y generan vida, para remisión de los pecados de los hombres.

El animal significaba, el santo perfecto que en sacrificio de su vida, pagaba las faltas del hombre. Ver en la ley Mosaica. Porque en los frutos de la tierra, como las primicias de las cosechas, estas solo vendrían a ser válidas, cuando el hombre viniese a entrar en la tierra prometida.                                                                                                                     

En el caso de las primicias de los animales; estas si fueron válidas en el tiempo de Abel.

Los animales sacrificados para rescate. En la inocencia de estos, el hombre quedaba limpio y esto considerado por Dios, que en la sangre derramada de un santo, era vida para los que se encontraban culpados a muerte.

También esto, al ser ofrecido como sacrificio y para reconciliación en perdón de los pecados del  ofertante (el hombre).

El fruto de las ovejas presentados por Abel para Dios significa: el inocente manifestado entre los hombres, para ser este en holocausto, el intermediario entre el ofertante y Dios, como salvador y purificador del alma,  que está envuelta en el cuerpo de pecado, es decir; el hombre.

Caín se propuso en su corazón inclinado para sí mismo, el agradar a Dios de los frutos de la tierra, pero de eso Dios no se agradó. Explicamos ahora que: “la tierra”, no pudiendo traer esta las cosas que son en espíritu, en este estado, no podía agradar a Dios. Por lo que Dios no recibió esta ofrenda. Porque el poder del hombre de cultivar la tierra, no es un fruto espiritual para Dios. Antes de recibir la tierra prometida.

El hombre jamás podrá cultivar cosa alguna para el agrado de Dios, estando en esta tierra todavía en la condición de maldición. Solo sería posible en la tierra de la promesa (Canaán). Tierra dada por Dios a su pueblo, en la cual, ella sí daría frutos de agrado a Dios en santificación para ser ofrecidos.

Génesis versículo cinco.

“pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante”.

 Génesis 4:5

Caín quedó irritado al momento de ser rechazada su ofrenda. Notamos la ausencia de Dios en él.

Dios no se agradó de él, ni se agradaría de otro que expresara, lo que viene del propio hombre. Dios está ausente del alma dejada a su propio deseo, como quedó este (hombre) en su naturaleza animalizada; en el mismo estado de corrupción y pecado que quedó la tierra,   imperfección causada por la desobediencia. Caín se encontraba en estado de corrupción e imperfección en el mundo, refiriéndose a su naturaleza.

A Caín se le cayó el semblante, y “vino”, la ira en él: estado en el que queda todo hombre que está en la completa ausencia de Dios, quedando expuesto en esta condición al poder del mal. Depresión generada por el inconformismo, de no poder dominar la voluntad del Todopoderoso, por no tener en sus manos los designios de Dios, por haberlo rechazado Él.

Génesis versículos seis y siete.

“6 Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? 

7 Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él”.

Génesis 4:6-7

En el alejamiento de Caín con Dios: Él, el Señor lo compromete en su propia responsabilidad por su estado de rabia y abatimiento.

En su proceder estaba el ser aceptado o no por Dios. Si Caín hubiese sido aceptado, habría tenido la perfección y el vínculo con Dios.

Desaprobado por Dios y con el mal a las puertas de su alma,  entró el pecado en él, creando una imagen con la personificación de la maldad. Así obtuvo Satanás la posesión de su alma, siendo ella abierta a través de la corrupción de sus sentidos; manipulándolos, y con esto teniendo el pleno control de su alma y conciencia por medio de sus debilidades en la carne.

Carta de Juan y Judas; discernida e interpretada en diferentes pasajes de la Palabra sobre lo expuesto anteriormente:

Viendo el evangelio de Juan, capítulo 3, versículo 36, que dice:

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él”.

Juan 3:36

La salvación para los hombres, viene de Dios a través de Jesucristo, y es ella para todos los que la acepten. Pero tenemos que batallar por ella, por el poder de la fe que nos fue dada y otorgada por Dios, a los que estamos en la santificación en la presencia de Jesucristo.

Versículo 4 de Judas:

 “Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo”.

Judas 1:4  

Algunos hombres, aunque estén en conocimiento de Dios y de su existencia, desagradan la ley de Él. Así como Caín lo hizo que conocía a Dios.

Comparando a los hombres de hoy con la generación de Caín: hay hombres que se introducen en medio de la iglesia para disolución. Estos mismos, desde un principio han sido reservados para este hecho disoluto; hijos de perdición, fácilmente engañados por el maligno, como chivos dejados en medio del desierto, reservados vivos para perdición, llevando sobre sus cabezas sus propios males y la de todos los hombres. Condenación terrible, por ser ellos peores que Caín que mató su hermano. Ver Levítico 16, versículo 8, 9, 10, 20, 21, 22.

“8 Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte por Jehová, y otra suerte por Azazel. 

9 Y hará traer Aarón el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Jehová, y lo ofrecerá en expiación. 

10 Mas el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Azazel, lo presentará vivo delante de Jehová para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto”.

 Levítico 16:8-10

“20 Cuando hubiere acabado de expiar el santuario y el tabernáculo de reunión y el altar, hará traer el macho cabrío vivo;  

21 y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto.

22 Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada; y dejará ir el macho cabrío por el desierto”.

 Levítico 16:20-22

Chivos dejados para atrás como hijos de perdición en el medio del desierto, en las manos del demonio Azazel. Es ejemplo de la palabra en las escrituras, de cómo va a ser para los que son Gog y Magog en el milenio. Apocalipsis 20, versículos 7, 8.

“7 Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, 8 y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar”.

Apocalipsis 20:7-8  

Unos son los escogidos en sacrificio en Jesús, a Dios Todopoderoso, y otros son para Azazel; demonio del desierto. Como lo serán los dejados para atrás en la perdición, en el tiempo del milenio en una tierra extraña; generación igual a la de Caín, una vez condenada.

Este mismo hombre como chivo, tiene como misión el de engañar al pueblo de Dios. Negando a Dios, en la perversión  intentando cambiar las actitudes de los santos, introduciendo doctrinas, a fuerza de mentiras en medio del mundo y en la iglesia, falsificando la palabra entre los hermanos y negando a Dios, desconociendo el señorío de Jesucristo. A estos hombres engañadores, ya les está reservado el juicio para perdición.

Como está escrito en la palabra, estos hombres saldrían de en medio del pueblo de Dios como dice en la primera carta de Juan 2:18-19

“18 Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo.

19 Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros”.

1 Juan 2:18-19

 Además estos hombres son verdaderos anticristos, promiscuos y pervertidos. Niegan la palabra de Dios. En su andar sensual, en el caminar en la perversión. Al principio vinieron al medio de la iglesia como hermanos, pero después se manifestaron como enemigos. Como dice en 1 Juan 2:22-23.

“22 ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.23 Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre”.

1 Juan 2:22-23.

Siguiendo con el versículo cinco de la carta de Judas

“Más quiero recordaros, ya que una vez lo habéis sabido, que el Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de Egipto, después destruyó a los que no creyeron”.

Judas 1:5

Así como sucedió con Israel  una vez sacado de Egipto, separado para salvación y siendo partícipe de   “la pascua” que significa el pasar de la muerte para el camino de la vida. Donde  en el transcurso del camino rumbo a la tierra prometida, algunos no creyeron y revelándose contra Dios, lo negaron.

También éstos, le dieron vida a la imagen del becerro de oro, hecha por ellos mismos, al pie del monte Sinaí. De en medio de ellos, Dios destruyó a todos los que no creyeron y fueron abominables ante Él. Estos aquí descritos, son el mismo tipo de hombre perverso definido anteriormente, en estado de pecado en la misma condición de rebeldía.

Siguiendo en Judas

“Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día;”

Judas 1:6

Así como también Dios nos revela, desde estas escrituras que en el tiempo de los ángeles, cuando estaban en los cielos, antes que muchos de ellos cayeran. Ellos; los que se revelaron, no conservaron sus propios principados y lugares sublimes en las alturas. Por haberse revelado contra Dios, se apartaron de la santidad de Dios y de sus propios cuerpos angélicos; pervirtiéndose. Como también lo hicieron los hombres descritos anteriormente.

Ellos estuvieron en la misma condición de juicio para el día final. Concluimos que se observan hombres impíos y ángeles caídos en un mismo juicio. Isaías 14: 11-20

“11 Descendió al Seol tu soberbia, y el sonido de tus arpas; gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán.

12 ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones.

13 Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; 

14 sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. 

15 Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo. 

16 Se inclinarán hacia ti los que te vean, te contemplarán, diciendo: ¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos; 

17 que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades, que a sus presos nunca abrió la cárcel? 

18 Todos los reyes de las naciones, todos ellos yacen con honra cada uno en su morada; 

19 pero tú echado eres de tu sepulcro como vástago abominable, como vestido de muertos pasados a espada, que descendieron al fondo de la sepultura; como cuerpo muerto hollado. 

20 No serás contado con ellos en la sepultura; porque tú destruiste tu tierra, mataste a tu pueblo. No será nombrada para siempre la descendencia de los malignos”.

Isaías 14:11-20

También en Isaías 24: 21

“21 Acontecerá en aquel día, que Jehová castigará al ejército de los cielos en lo alto, y a los reyes de la tierra sobre la tierra.

22 Y serán amontonados como se amontona a los encarcelados en mazmorra, y en prisión quedarán encerrados, y serán castigados después de muchos días.

23 La luna se avergonzará, y el sol se confundirá, cuando Jehová de los ejércitos reine en el monte de Sion y en Jerusalén, y delante de sus ancianos sea glorioso”.

Isaías 24: 21-23

Confirmando en Ezequiel 31:3-9, 14-18

“3 He aquí era el asirio cedro en el Líbano, de hermosas ramas, de frondoso ramaje y de grande altura, y su copa estaba entre densas ramas.

4 Las aguas lo hicieron crecer, lo encumbró el abismo; sus ríos corrían alrededor de su pie, y a todos los árboles del campo enviaba sus corrientes. 

5 Por tanto, se encumbró su altura sobre todos los árboles del campo, y se multiplicaron sus ramas, y a causa de las muchas aguas se alargó su ramaje que había echado. 

6 En sus ramas hacían nido todas las aves del cielo, y debajo de su ramaje parían todas las bestias del campo, y a su sombra habitaban muchas naciones. 

7 Se hizo, pues, hermoso en su grandeza con la extensión de sus ramas; porque su raíz estaba junto a muchas aguas.

8 Los cedros no lo cubrieron en el huerto de Dios; las hayas no fueron semejantes a sus ramas, ni los castaños fueron semejantes a su ramaje; ningún árbol en el huerto de Dios fue semejante a él en su hermosura.

9 Lo hice hermoso con la multitud de sus ramas; y todos los árboles del Edén, que estaban en el huerto de Dios, tuvieron de él envidia.

14 para que no se exalten en su altura todos los árboles que crecen junto a las aguas, ni levanten su copa entre la espesura, ni confíen en su altura todos los que beben aguas; porque todos están destinados a muerte, a lo profundo de la tierra, entre los hijos de los hombres, con los que descienden a la fosa.

15 Así ha dicho Jehová el Señor: El día que descendió al Seol, hice hacer luto, hice cubrir por él el abismo, y detuve sus ríos, y las muchas aguas fueron detenidas; al Líbano cubrí de tinieblas por él, y todos los árboles del campo se desmayaron. 

16 Del estruendo de su caída hice temblar a las naciones, cuando las hice descender al Seol con todos los que descienden a la sepultura; y todos los árboles escogidos del Edén, y los mejores del Líbano, todos los que beben aguas, fueron consolados en lo profundo de la tierra.

17 También ellos descendieron con él al Seol, con los muertos a espada, los que fueron su brazo, los que estuvieron a su sombra en medio de las naciones.

18 ¿A quién te has comparado así en gloria y en grandeza entre los árboles del Edén? Pues derribado serás con los árboles del Edén en lo profundo de la tierra; entre los incircuncisos yacerás, con los muertos a espada. Este es Faraón y todo su pueblo, dice Jehová el Señor”.

Ezequiel 3:3-9, 14-18

 

También en Apocalipsis19:19-20

“19 Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. 

20 Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre”.

Apocalipsis19:19-20

 

El que de los cielos cayó, también arrastró con él aquellos que engañó.

En el medio de la humanidad lo hizo combatiendo los hombres y guerreando en el engaño  contra estos, es decir; las criaturas de Dios, desde el inicio de la creación en la tierra. Pervirtiendo y matando (física y espiritualmente) a muchos a través de los tiempos. Donde estos hombres que fueron engañados por satanás, también serán condenados como los ángeles caídos en la tribulación y juicio final.

Confirmando en Apocalipsis 9:1-4

“1 El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo. 

2 Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo. 

3 Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra. 

4 Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes”.

Apocalipsis 9:1-4

 

Retomando las revelaciones en la carta de Judas versículo 7:

“Como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno”.

Judas 1:7

Sodoma y Gomorra son ejemplos de cómo la tierra, en el final de los tiempos sufrirá en el juicio final. Donde todo el mundo será destinado al fuego. Unos en fuego purificador y otros para condenación. Como sucedió con estos hombres en estas ciudades, así también será con el hombre aquí en la tierra hoy en día; corrupto, pederasta y sodomita. Que se encuentra en todo tipo de perversión. Ellos fueron tras otra naturaleza; condición sensualizada, promiscua, en unión con los ángeles caídos. Unión hecha a través del culto y adoración a los demonios, creando así el cuerpo de la bestia.

Porque en el tiempo de Sodoma y Gomorra, fue en una unión con otra naturaleza distinta a la  de los hombres. Esta naturaleza fue traída desde los abismos, por invocación de los hombres a los demonios a su propia naturaleza carnal. Como resultado se les pervirtieron sus sentidos,  quedando sus almas y su carne en las manos de Satanás.

Lot recibió y convivió con los ángeles del Señor, antes de la salida de la ciudad de Sodoma. Pero los hombres de estas ciudades quisieron violarlos; Dios los cegó, pudiendo así escapar Lot y su familia.

¿Qué podemos decir de los ángeles caídos, sobre su relacionamiento con los sodomitas? Que estos hombres, ya se relacionaban desde hace mucho tiempo con ellos; en el hecho, de que estos impíos, quieren poseer sexualmente hasta los seres celestiales, como sucede hoy en día con los pervertidos, introduciéndose en medio de la iglesia para violarla y afrentarla con sus acciones impías (violación espiritual y carnal en la relación con la naturaleza). ¡Cómo sería la magnitud de dominio de Satanás, sobre aquellos hombres esclavos de los demonios!  ¡Poseídos y manipulados por ellos!

Obviamente que las legiones malignas, al poseer el control de los hombres impíos en la esclavitud; serían ellos, los demonios, los dueños de las almas de estos, y también con esto, los poseedores de la actitud y el comportamiento humano. El hombre en este estado, en donde es controlada su naturaleza carnal, estaba en una condición de “una carne”  y de una “naturaleza”, igual a la voluntad de sus dominadores.

Sodoma y Gomorra, son ejemplos en su tiempo, así como también lo es hoy en día la humanidad. Los hombres están inclinados hacia otra carne o naturaleza, en la busca de un dominio venido de las tinieblas que está subiendo en ellos en forma constante, formando la imagen abismal del cuerpo de la bestia. Estado del hombre; espiritual y físico, en una condición carnal y bestializada condenada a muerte. Como lo fue para Sodoma y Gomorra que tuvo inicio en Caín.

Revelada en Romanos capítulo 1 versículo 24 al 31, la entrega por Dios al hombre a una disposición diferente en otra carne inclinada a la depravación.

 “24 Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, 

25 ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. 

26 Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, 

27 y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. 

28 Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; 

29 estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; 

30 murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres”. Romanos 1:24-30.

Pero revela más allá sobre los hombres impíos en Judas versículo ocho.

“No obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores”.

Judas 1:8

La contaminación de la carne por medio del pecado, es un mal; el cual viene generando una personalidad en el individuo. Este hombre, en su naturaleza, es diferente a la de los hijos de Dios. Los cuales en esta naturaleza deformada, contradicen la ley de Dios, operando en su propia voluntad, hecha en una ley del error, contrariando a la de Dios. Ellos, formándose así en enemigos de Él. Este hombre diferente en su naturaleza, se torna opuesto a la naturaleza dada por Dios y a todos los pueblos  y a toda la humanidad, contradiciendo así todas las leyes por lo establecido en el universo por Dios; en todo lo creado; en las criaturas en la tierra como también en las potencias angélicas.

Veamos lo que es carne diferente generada en los hombres.

Génesis capítulo seis, versículo uno al cinco.

“1 Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, 

2 que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas.

3 Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años. 

4 Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre. 

5 Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”.

Génesis 6:1-5

En la multiplicación de la humanidad sobre la tierra, ellos, los hombres; cuando “engendraron hijas” se refiere; al culto o creencia nacida de ellos.

En lo que dice sobre “los hijos de Dios” (Génesis 6:2) se refiere a las potencias angélicas rebeldes a Dios que escogieron a las “hijas de los hombres” (creencias contrarias a Dios). Los demonios escogieron (hombres) a  través de la adoración de estos, por el culto que rendían en los altares e invocación al ejército de los cielos. Con este accionar, los demonios (“hijos de Dios”; caídos) separaban para sí individuos, para poder interferir en la naturaleza humana.

Así sucedió con la humanidad, desde el tiempo de las generaciones de Caín, siendo ellos, sus descendientes los que invocaron los demonios y les nacieron gigantes; gigantes en la tierra y espíritus contrarios invocados. Teniendo parte en esta corrupción, todos los que no fueron contados, en las descendencias de los Patriarcas, desde Adán hasta Noé.

En el primer versículo del capítulo seis, dice que: cuando se comenzaron a multiplicar los hombres en la tierra, “les nacieron hijas”, o sea, desde el principio hubo descendencia venida de ellos en la tierra. También esto indica el principio de esta generación rechazada por Dios.

Esta es la generación de Caín con su hijo Enoc y sus descendientes hasta Lamec, juntándose con el tiempo de los gigantes indicada en el capítulo 6 de Génesis.

Porque el Señor dice en el versículo tres de este mismo capítulo: “No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años”.

En esta época comenzó la contienda del Espíritu del Señor con el espíritu de los hombres y como castigo fue que Dios les redujo la condición, en la duración de su vida, pero el tiempo de los patriarcas siguió igual; sus días fueron muchos. Vea la vida de Noé y de sus hijos que sobrepasan esta ley dada a los hombres desobedientes; Génesis capítulo 9, versículos 28, 29.

“28 Y vivió Noé después del diluvio trescientos cincuenta años.

29 Y fueron todos los días de Noé novecientos cincuenta años; y murió”.

Génesis 9:28-29

Vemos que la edad de los hombres en los tiempos antes del diluvio, fueron diferentes a la de los escogidos como patriarcas; los dejados en la tierra de Nod vivían 120 años y los patriarcas mucho más.

De los hombres que quedaron con 120 años y que también perecieron en el diluvio, fueron los mismos que escogieron los demonios. Se deformó su condición fisiológica por compartir sus almas con los demonios.  Y a lo que se refiere al decir de; “allegarse a las hijas de los hombres, los hijos de Dios”, esto indica, la proximidad espiritual y carnal, de estos dos seres de unión maligna. Carnal por la deformación del hombre en gigante, espiritual por el rechazo de Dios de esta criatura en otra carne, rechazada por Dios.

Esta nueva naturaleza fue rechazada por Dios por ser maligna. Iniciándose una nueva raza hecha por los ángeles rebeldes; en esta naturaleza de los gigantes.  Los demonios tendrían a partir de ellos, acceso a la naturaleza de los hombres, pudiendo así conseguir habitar en los cuerpos, a través de en una forma inductiva; manipulando los pensamientos. Los cuerpos (gigantes) de los hombres gigantes; estos mismos pasarían a ser cuerpos bestiales. Como bestias manipuladas y controladas por los demonios, que no es más que: el ser hecho y generado entre la unión de demonios y hombres.

Dios no había permitido que encarnase algún demonio, pero sí que ellos dominasen, a través de esta naturaleza gigante, y por medio de la influencia, en la posesión mental.

También en los periodos post diluvio, ellos aparecieron nuevamente por un tiempo. Como también hoy se manifiestan, no en la diferencia de tamaño pero sí en la naturaleza perversa.

Revelándose la unión bestial con los hombres en Apocalipsis 13:11-18.

“11 Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón. 

12 Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada. 

13 También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. 

14 Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió. 

15 Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase. 

16 Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; 

17 y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. 

18 Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis”.

 Apocalipsis 13:11-18.

Hombres y demonios transformados en gigantes de la bestia, identificados con el número 666. El hombre transformado triplemente para muerte que nació en el sexto día de su naturaleza. En cambio, los hijos de Jesús somos nacidos en el día del Señor y con Él descansamos en su día séptimo, día de descanso del Señor. Como dice del séptimo día en Hebreos 4:3-4

“3 Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo: Por tanto, juré en mi ira, No entrarán en mi reposo; aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo. 

4 Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día”.

Hebreos 4:3-4

Y más aún nos revelan las escrituras en Apocalipsis 17:3-9

“3 Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos. 

4 Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación; 

5 y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.

6 Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro.

7 Y el ángel me dijo: ¿Por qué te asombras? Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la cual tiene las siete cabezas y los diez cuernos.

8 La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será.

9 Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer”.

Apocalipsis 17:3-9

 

La mujer ramera es la humanidad en perversión, o sea, la carne natural del hombre que se opone a Dios. La bestia y el demonio, son los gigantes de hoy, son los hijos de la bestia. Hombres que pasaron de corrupción, al dominio del mal por el diablo.

Describiendo el versículo 9 de este capítulo: Las siete cabezas y sus siete montes representa el mundo de hoy, como el antiguo imperio romano, que domina todo el mundo, formando un solo  cuerpo en la concordancia humana y ésta en el poder de allegarse, en misterio a formar una imagen de un hombre, en una “carne extraña” semejante a los hijos de satanás; los del número 666. Ver otros pasajes en el blog como: La bestia o el hijo de la perdición o anticristo, babilonia, etc.

Génesis: capítulo cuatro, versículo ocho y nueve.

“Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató.9 Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?”

Génesis 4:8-9

En este versículo, Caín dialoga con Abel, y conviviendo con él en el mundo lo traiciona y lo mata. Observamos, que el odio trajo el derramamiento de sangre del prójimo. Nos muestra que la maldad quiere extirpar el alma, de aquel que hace la voluntad de Dios y usa los hombres como herramienta.

La muerte de Abel, trae juicio de condenación para todo aquel que mata. Y aquellos que mueren martirizados como en la forma de Abel; sus almas claman por justicia desde el Seol o lugar de las almas de los que desencarnan; o sea, la sangre que es la vida del cuerpo representa también el espíritu del hombre, siendo ella de hecho, el alma de los que viven.

Pero dejando este mundo, aquel que ahora está sin vida, y yaciendo en la región de los muertos; el alma, clama por justicia.

Esta alma queda en espera de un juicio. Ella es la forma corpórea del espíritu. Que mora en el mundo mientras el hombre vive en la tierra, debajo de su cuerpo carnal. Este cuerpo natural solo existe por causa de ella, siendo ella misma el cuerpo espiritual del hombre, que Dios requiere para sí. Y ella, es la que espera el juicio en un lugar vacío. Sobre ella  hay también un juicio, junto al de aquel que le quitó la vida, cuando estaba en la tierra.

Los que tenemos el Espíritu somos guardados en el Señor en esperan de su venida:

“16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.

17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”.

1 Tesalonicenses 4:16-17

El Seol es un espacio vacío, que es la región de los muertos. Lugar de espera preparado por Dios, para aquellos que como hombres, vivieron y murieron en la tierra como criaturas, después del pecado de Adán.

Caín dialoga y conversa con Dios, en la ocasión cuando: El Altísimo le pregunta por su hermano y éste niega a Él su paradero, aun sabiendo que él lo había matado. Caín conocía la voluntad de Dios; que prefería a Abel, cuando este fue aprobado como escogido y primogénito de los que fueron de los hijos de hombre.

Y sabiendo Caín que serían para Abel y para los escogidos como él; todas las primicias y las riquezas entregadas por Dios a los hombres. En él, había la certeza, de la razón, “del por qué” había matado a su hermano y tenía el conocimiento de la recompensa para aquel. Estas mismas riquezas que vendrían a ser dadas por Dios a los hombres rescatados; dádivas dadas a los que en sus ofrendas, aceptadas como las de Abel, les vendría como recompensa.

Esta vida asesinada y criminalizada, sin merecer la muerte, que le fuera quitada a fuerza de traición y crimen (como en el caso de Abel por el hijo rechazado), ella; el alma de Abel, descendió al lugar de los muertos por la traición y crimen de su hermano. El alma sin poder subir  por si misma del lugar de los muertos; ¡Clama! por justicia. Pero no habiendo poder que la pueda liberar, esperaría ella, y toda alma como ella, hasta que: Dios las liberase. Como sería solamente en el nuevo y único sacrificio hecho por Dios a su tiempo en Jesús. Como ella espera, esperarían muchas otras que vendrían a morir a través de los tiempos.

Quedarían en este lugar, abajo, en el mundo de los abismos, hasta la venida de Jesús en la resurrección para que Dios así pudiese justificar aquellos que murieron; aunque Dios escogió solo algunos para justificación.

Las almas solo pueden ser redimidas y rescatadas por Dios.

Salmo 49: versículo seis hasta el quince.

“6 Los que confían en sus bienes, Y de la muchedumbre de sus riquezas se jactan, 

7 Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, Ni dar a Dios su rescate 

8 (Porque la redención de su vida es de gran precio, Y no se logrará jamás), 

9 Para que viva en adelante para siempre, Y nunca vea corrupción. 

10 Pues verá que aun los sabios mueren; Que perecen del mismo modo que el insensato y el necio, Y dejan a otros sus riquezas. 

11 Su íntimo pensamiento es que sus casas serán eternas, Y sus habitaciones para generación y generación; Dan sus nombres a sus tierras. 

12 Mas el hombre no permanecerá en honra; Es semejante a las bestias que perecen. 

13 Este su camino es locura; Con todo, sus descendientes se complacen en el dicho de ellos. Selah 

14 Como a rebaños que son conducidos al Seol, La muerte los pastoreará, Y los rectos se enseñorearán de ellos por la mañana; Se consumirá su buen parecer, y el Seol será su morada. 

15 Pero Dios redimirá mi vida del poder del Seol, Porque él me tomará consigo. Selah”.

Salmo 49:6-15

 

Génesis cuatro versículo 10 y 12.

“10 Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra. 

11 Ahora, pues, maldito seas tú de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano. 

12 Cuando labres la tierra, no te volverá a dar su fuerza; errante y extranjero serás en la tierra”.

Génesis 4:10-12

Dios pregunta a Caín de su crimen y por qué motivo mató a su hermano. La sangre o el alma de Abel, clama por justicia. Queriendo así saber ella, el motivo de haber sido quitada su vida de entre los hombres y porqué ella tuvo que bajar a los lugares del Hades.

Este raciocinio, es claro y evidente discernimiento que viene de parte de Dios. Porque también Job en su angustia clamó a Dios y dijo en el capítulo 10: “9 Acuérdate que como a barro me diste forma; ¿Y en polvo me has de volver?” (Job 10:9). Refiriéndose a su lamentación y sufrimiento. En otro lugar dice “11 Me vestiste de piel y carne, Y me tejiste con huesos y nervios” (Job 10:11) y aún en el cuidado de Dios por su alma afirma “12 Vida y misericordia me concediste, Y tu cuidado guardó mi espíritu”  (Job 10:12).

Porque Dios, al escuchar el clamor que venía de los suyos, del sufrimiento de ellos, está atento para estos en sus misericordias. Así como la sangre de Abel. Aún en el mismo Job capítulo 10 dice: “22 Tierra de oscuridad, lóbrega, Como sombra de muerte y sin orden, Y cuya luz es como densas tinieblas” . Describiendo el lugar de los muertos y clamando para la liberación de su alma. Hablando del poder de Dios dice en otro lugar, en Job 12 versículo 10 “10 En su mano está el alma de todo viviente, Y el hálito de todo el género humano”.

También en Job 14:1-13

“1 El hombre nacido de mujer, Corto de días, y hastiado de sinsabores, 

2 Sale como una flor y es cortado, Y huye como la sombra y no permanece.

3 ¿Sobre éste abres tus ojos, Y me traes a juicio contigo? 

4 ¿Quién hará limpio a lo inmundo? Nadie. 

5 Ciertamente sus días están determinados, Y el número de sus meses está cerca de ti; Le pusiste límites, de los cuales no pasará.

6 Si tú lo abandonares, él dejará de ser; Entre tanto deseará, como el jornalero, su día. 

7 Porque si el árbol fuere cortado, aún queda de él esperanza; Retoñará aún, y sus renuevos no faltarán. 

8 Si se envejeciere en la tierra su raíz, Y su tronco fuere muerto en el polvo, 

9 Al percibir el agua reverdecerá, Y hará copa como planta nueva.

10 Mas el hombre morirá, y será cortado; Perecerá el hombre, ¿y dónde estará él?

11 Como las aguas se van del mar, Y el río se agota y se seca, 

12 Así el hombre yace y no vuelve a levantarse; Hasta que no haya cielo, no despertarán, Ni se levantarán de su sueño. 

13 ¡Oh, quién me diera que me escondieses en el Seol, Que me encubrieses hasta apaciguarse tu ira, Que me pusieses plazo, y de mí te acordaras!”

Job 14:1-13

En la esperanza de la liberación y del rescate de su alma, el hombre recto queda esperando confiado en el Señor, aun estando en los lugares del Hades, su alma está segura para el juicio.

Confiando en el Señor y que en Él; en sus manos, el alma está para liberación. Dice aún el Espíritu Santo, de aquel que tiene el poder de resucitar:

“9 Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; Mi carne también reposará confiadamente;

10 Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción”.

Salmo 16:9-10

Y Dios dice sobre la maldición que de la tierra venía a Caín que es como condenación para todo hombre por su crimen. Como lo fue para los egipcios, en la salida de los israelitas de aquella tierra de esclavitud para otra de bendición.

En Éxodo 12 en el versículo 29, en lo que dice respecto de los hijos de perdición que quedaran en la tierra de maldición.

 “Y aconteció que a la medianoche Jehová hirió a todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sentaba sobre su trono hasta el primogénito del cautivo que estaba en la cárcel, y todo primogénito de los animales”.

Éxodo 12:29

El alejamiento del hombre de Dios, le trajo maldición de todo lo que la tierra produce. En cambio la presencia  de Dios en la tierra trae las bendiciones. Como fue en Éxodo 3:2-6.

“2 Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. 

3 Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema. 

4 Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. 

5 Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es. 

6 Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios”.

 Éxodo 3:2-6.

El creador de los cielos y de la tierra, en presencia frente a Moisés, mostrándose en la zarza, prevé la elección de Dios de su pueblo. Dios muestra a Moisés que Él era el que le había hecho la promesa a Abraham, porque dice: “Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob” (Éxodo 3:6).  Indicando así que el alma de ellos, estaba reservada para resucitar, dentro de los adormecidos en el día del juicio, como hijos del Altísimo.

Siguiendo en Génesis 4:12-14.

“12 Cuando labres la tierra, no te volverá a dar su fuerza; errante y extranjero serás en la tierra. 

13 Y dijo Caín a Jehová: Grande es mi castigo para ser soportado. 

14 He aquí me echas hoy de la tierra, y de tu presencia me esconderé, y seré errante y extranjero en la tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me matará”.

 Génesis 4:12-14.

Caín sería siempre, en la condición de maldecido desde la tierra, porque por el crimen cometido quedaría en esta tierra; en el estado de encarcelado por el homicidio cometido. No tendría más las bendiciones de Dios.  Estando así, en esta condición de culpa,  vagaría como fugitivo por la tierra; antes buena para él, más hoy sin la presencia de Dios. Sería sin Dios; tanto su naturaleza humana que envolvía su alma, como la tierra habitada por él. Su cuerpo criminal le sería como prisión de su espíritu (siendo esta, la tierra de Nod).

En el versículo 13 de Génesis 4 dice  “Y dijo Caín a Jehová: Grande es mi castigo para ser soportado”.

Con esto sabemos que su castigo era el de no ser perdonado, y esta culpa no podría ser soportada por él, indicándose así mismo que era culpable de muerte. O sea, un hombre no merecedor de vida otorgada por Dios. Debiendo morir por su pecado.

En el versículo 14 de Génesis 4 está escrito: “He aquí me echas hoy de la tierra, y de tu presencia me esconderé, y seré errante y extranjero en la tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me matará”.

Me lanzas de tu faz y de la faz de la tierra; ¿de cuál tierra, le habla el Señor? De la única que existe, la de este mundo. Vendría a ser fugitivo en la tierra, sin Dios y prisionero de sus propios instintos o sentidos en su hombre natural, o sea; el tipo de hombre, junto a sus descendientes sin perdón, vagabundos por siempre en el mundo. Podemos observar que: los hombres como él, llegarían hasta el día de Noé. Y después del diluvio en las descendencias de la humanidad no obedientes a Dios.

La tierra sería bendita: solamente a los hombres en la promesa hecha a Abraham, es decir Canaán.

O en el caso temporal: como lo fue para Moisés en la zarza ardiente, donde el lugar que pisaban los pies de Moisés fue Santo, porque el Señor estaba allí. Además lo fue en el Santuario, de donde el Señor era invocado, y sobre Israel en el trayecto por el desierto; en una nube de día y llamas de fuego en la noche.

La santidad estuvo en los hombres: antes de Noé fue a Set, hijo de Adán y a los como él; los escogidos, los que fueron hombres en gracia para Dios; es decir los patriarcas entre Adán y Noé.

Revelando en lo que dice: “y sucederá que cualquiera que me hallare, me matará”.

Todos los que hallaren a Caín lo matarían. O a cualquiera de los hombres, en la condición de maldición que viniese a habitar en la tierra de Nod, como prisionero del pecado, condenado a muerte, sin remisión de los pecados, sin ser de los descendientes de los patriarcas. Le sería por compañera la condenación, a él y a sus descendientes, como les es a todos los hombres sin Jesús hasta el día de hoy.

Al Caín asesino le sería por compañera; la condenación, y a todos los que como él, viniesen a compartir su existencia, en esa maldición de criminal en el mundo. Sus enemigos serían, los que en un estado de juicio para muerte, pudiesen vivir y convivir como él en medio de la tierra; sus iguales. Aquellos que lo pudiesen encontrar, serían los que le matarían si lo hallaren. Son aquellos que: vendrían a ser sus descendientes. Como también los descendientes no escogidos de la generación de los patriarcas.

Lo podrían matar también los demonios, los cuales no lo dejarían vivo a no ser por la protección de Dios.

Y aunque él se encontrase en un estado de juicio para muerte, y para las generaciones que viniesen a través de los siglos; es que Dios les da una protección, para que se pudiesen multiplicar en el medio del mundo. Esta protección de Dios; la señal de Caín fue dada a él y a sus generaciones.

El mundo como las generaciones de Caín, camina bajo el dominio de la potestad del aire, y por la protección de Dios dada a los hombres impíos hay un resguardo para dar la posibilidad a su conversión.

“2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 

3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás”. Efesios 2:3.

Porque nos lo revela en las escrituras; los descendientes de Caín no son generaciones contadas como la de los patriarcas. (Esto será descrito y revelado en los escritos más adelante)

Siguiendo el versículo 15, Génesis 4  

“15 Y le respondió Jehová: Ciertamente cualquiera que matare a Caín, siete veces será castigado. Entonces Jehová puso señal en Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara”.

  Génesis 4:15

El castigo para aquel que viniese a matar a Caín, sería de siete veces. Y quién matase a otro además de Caín, le sería multiplicado el castigo. Demostrando así Dios, en este juicio que: el hombre, a partir de estas generaciones, podrían vivir en la tierra pero sin ser completamente destruidas. Cargando consigo, una señal de preservación en este hombre natural y aquellos que atentaren contra la vida de este o de estos hombres, tendrían una condenación multiplicada,  sentencia que también sería acrecentada por el homicidio, hasta setenta veces siete.  Y para perdón tendrían que esperar el sacrificio de Jesús.

Como dice en el evangelio de Mateo en el capítulo 18 en los versículos 21 y 22

“21 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?

22 Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete” . 

Mateo 18:21-22

No son siete las veces que debemos perdonar a aquel que pecó, sino setenta veces siete. Que es la culpa o pecado, en la que se encuentra el hombre después del pecado multiplicado de Lamec, el cual mató. Indicado así, los pecados que el hombre carga sobre sí, desde los tiempos de Caín hasta Lamec.

Ver versículo 24 del capítulo 4 de Génesis

“24 Si siete veces será vengado Caín, Lamec en verdad setenta veces siete lo será”.

Génesis 4:24

Siguiendo en la palabra en Génesis 4:16

Las Generaciones  de Caín y su mujer

“Salió, pues, Caín de delante de Jehová, y habitó en tierra de Nod  [“errante”], al oriente de Edén”.

Génesis 4:16

Al oriente del Edén significa; hacia esta tierra, en la condición como la conocemos hoy; este mundo.

Oriente: entrada al paraíso, esperanza de vida, camino que separa entre la vida y la muerte. Es el pasaje entre el muro del mundo y el del camino hacia la Vida; “Cristo”. Como el velo de separación del santuario, el santo del santísimo. Cristo es el que rompió el muro, ahora, Él es el  velo entre la vida y la muerte; la puerta de entrada.

En esta tierra es como el sol, que con su calor le da la vida a la naturaleza, creciendo en ella toda manifestación de vida. Es el sol  con su poder para iluminar, el que también alimenta la vida en la naturaleza, este nace al oriente; sombra o pre-figura de la verdadera fuente de vida que es Dios.

Él, Caín existiría en el oriente por “la señal” de sobrevivencia o permiso de vida en él y sus descendientes, que vendrían a existir en la misma condición de pecado que él. Vivir en el oriente, es decir en esta tierra, significa tener una oportunidad momentánea de vida, dentro de este mundo en la existencia natural.

Oriente significa también donde “nace el sol”, donde hay una esperanza o fuente de vida, a la cual se allegó Caín después que se alejó de Dios y le dio la marca o señal; esa vida o esa esperanza, significa vivir por la misericordia de Dios, la misma vida temporal que dejará de ser en la tierra, como la conocemos.

El Edén fue el lugar en donde Adán y Eva, tenían vida sin pecado, por el tiempo en que vivieron en ese lugar antes de desobedecer.

Como dice en Génesis 3:24

Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida”.

Génesis 3:24

El oriente de este versículo, se refiere, dónde nace el sol de justicia, sin pecado, en dirección al árbol de la vida. Que está a la entrada del Paraíso. El Jardín de Dios y la vida sin pecado; vida que viene desde arriba de este Jardín. Los querubines están a la entrada; entre, dentro y fuera del Paraíso porque desde allí aparece la Shekhiná; presencia de Dios por encima de los querubines. Camino hacia el árbol de la vida.

“22 Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, todo lo que yo te mandare para los hijos de Israel”.

Éxodo 25:22

“7 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios”. Apocalipsis 2:7

En medio, significa Shekhiná; presencia de Dios entre y por encima de los querubines. Es la espada flameante que está por detrás y por encima de los querubines para que los querubines le sirvan de sombra a Dios y no consuma la creación. Es el velo entre el santo y el santísimo.

“19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 

20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne

Hebreos 10:20

La carne o el cuerpo de Jesucristo, no es solamente la Shekhiná o presencia de Dios, además es el propio velo o lugar de pasaje de este mundo para la gloria de Dios.

“6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”.

Juan 14:6

Veamos el versículo 17 de Génesis 4

“Y conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Enoc; y edificó una ciudad, y llamó el nombre de la ciudad del nombre de su hijo, Enoc”. Génesis 4:17.

Y conoció Caín a su mujer; cuando estaba él en este mundo pero la conoce  en la condición de maldecido. Su mujer era de la misma condición, no por su pecado; el de matar a su hermano, pero sí por el hecho, de no ser ella, de la descendencia igual a la de los patriarcas como Set; el hijo aceptado por Dios, después de la muerte de Abel y la de como todos los demás patriarcas que nacieron y vivieron aquí en la tierra.

En el capítulo 5 de Génesis a partir del versículo 1 al 5

“1 Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo. 

2 Varón y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados.

3 Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set. 

4 Y fueron los días de Adán después que engendró a Set, ochocientos años, y engendró hijos e hijas. 

5 Y fueron todos los días que vivió Adán novecientos treinta años; y murió”.

Génesis 5:1-5

La palabra nos dice que; Dios creo el hombre a su semejanza; hombre y mujer los creó; macho y hembra los creó. Refiriéndose a los dos siendo uno (Adán: hombre) y en el que seguiría esa condición (Set hasta Cristo). Después de la muerte de Abel, les nació un hijo llamado Set, cuando Adán tenía 130 años.

Set vino a ser de la línea de los patriarcas, escogido por Dios, porque Abel fue muerto, así Adán tuvo un hijo a su semejanza. Semejanza aceptada por Dios al contrario de la rechazada de Caín.

En esta línea veremos las ascendencia desde  Jesucristo hasta Adán y Dios:

23 Jesús mismo al comenzar su ministerio era como de treinta años, hijo, según se creía, de José, hijo de Elí, 

24 hijo de Matat, hijo de Leví, hijo de Melqui, hijo de Jana, hijo de José, 

…..Y así siguiendo las ascendencias

 37 hijo de Matusalén, hijo de Enoc, hijo de Jared, hijo de Mahalaleel, hijo de Cainán, 

38 hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adán, hijo de Dios”.

Lucas 3:23-38

Jesucristo no era hijo de los hombres por eso la palabra dice según se creía que era hijo de José. Esta genealogía sube hasta Adán. Más se destaca a Cristo como hijo de Dios. Set era hijo de Adán. Jesucristo pasa por sobre esta denominación patriarcal hasta llegar a Dios.

¿Cómo hizo Dios el hombre?; A su semejanza. El hombre hecho a imagen de Dios, hombre y mujer los creó. Set fue hecho a semejanza de Adán, como nos dice la palabra, considerado  patriarca hijo de los hombres escogidos. Para que en sus descendientes fuesen la imagen de Dios, como hombres y mujeres semejantes a Dios. Como lo fue en Isaac y en Jacob. Y finalmente el hombre nacido de mujer; el hijo de la promesa; el Mesías.

Y más todavía ampliando la revelación:

Adán vivió 930 años y después murió, y hasta los 130 años de su vida tuvo muchos hijos e hijas, y después también pero ellos, no fueron contados como Set y los demás Patriarcas. Así como también no fue contada la mujer de Caín. Al no ser ella contada y habiendo nacido antes de Set, fue ella en la condición de los “no contados” o rechazados por Dios, con la marca de Caín. Y dentro de los hijos de Adán fueron muchos los que nacieron y no aparecen como los Patriarcas y escogidos de Dios (Génesis 5:4), pero todos ellos nacieron en una condición alejada, a los escogidos por Dios, por eso no fueron nombrados o no contados.

En aquella época había una generación salida de Caín y otra de todos los hijos de los Patriarcas. Y los que no fueron como Patriarcas y no fueron tomados en cuenta, ni como primicias de los generados ni como escogidos por Dios. Estos formaron una población en la cual fueron formadas las generaciones de la tierra. Y estas mismas existían en un tiempo fuera de tiempo, no comparado al tiempo contado, como a los descendientes desde Adán, Set, Enoc,.. etc. hasta Noé.

Enoc hijo de Caín, fue él y los que nacieron de él, y los que nacieron de los otros descritos arriba; los que no fueron contados como escogidos, ellos fueron todos los hombres y mujeres que nacieron en la tierra, con sus hijos, los que componían la ciudad de Enoc. Y dice ciudad por lo cual sabemos, que vivió allí una gran multitud.

Continuando con la revelación de la Palabra en Génesis 4:18

Descendientes de Caín: Contando a Caín, Enoc, Irad, Mehujael, Metusael, Lamec.

“Y a Enoc le nació Irad, e Irad engendró a Mehujael, y Mehujael engendró a Metusael, y Metusael engendró a Lamec”.

Génesis 4:18

Es claro que si de Enoc salió una ciudad, de sus descendientes también. Siendo estos descendientes: Irad, Mehujael, Metusael, Lamec. En ellos no se contaron sus mujeres, ni fueron nombradas. Porque fue en Lamec, el sexto hombre (666) incluyendo a Caín  que: mató como Caín mató. Fue en él, en Lamec que aumenta todavía más el peso por el crimen.

Si alguien matase a Caín de siete veces sería el castigo y si alguien matase a Lamec aumentaría, para setenta veces siete.

Indicando así: que los que se juntasen en Lamec, serían en la condición del sexto hombre generado en la criatura (666), formada después del pecado.

Solamente en Set, el hijo de Adán, la séptima generación sería aceptada por Dios. Se nos revela  que incluyendo Caín hasta Lamec; es una generación fuera de Dios. Mientras Set sería la generación escogida por Dios.

Set es el primero de la pre-figura de Cristo, como de los hijos escogidos pero el último de los contados como criatura en la tierra. Prefigurando el alfa y el omega; Cristo. Por referirse al séptimo hijo nacido como primero y último. El último porque las seis generaciones en Caín fueron rechazadas.

Seis hombres o generaciones rechazadas y una aceptada a partir de Set (la séptima); el hijo hecho a imagen de Adán con Eva y este, prefigura imagen de Dios en su hijo Enoc (la octava); los que a partir de ahí invocarían el nombre de Dios.

También en la octava generación, el hijo de Set; Enoc, en él se  vendría a invocar el nombre de Dios. Indicando así la prolongación del tiempo de vida en sus escogidos y prefigurando Israel; Pueblo de Dios.

Como dice la Palabra en Génesis 4:25-26.

“25 Y conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre Set: Porque Dios (dijo ella) me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín.

26 Y a Set también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová”.

Génesis 4:25-26.

No fue solamente de una mujer que Lamec tuvo su descendencia, sino de dos: Ada y Zila. Queriendo decir esto entre varias otras cosas; la descripción de las generaciones por venir sobre la faz de la tierra, junto a los dones entregados a ellos por Dios. Aunque en una condición doblemente maldita (por esos las dos mujeres), ésta en un hombre natural y criminal.

(Obs: Recordemos que la generación de Caín hasta Lamec no fue contada por Dios para Él. Por ende, la descendencia de Lamec tampoco fue considerada para Dios por estar bajo la maldición).

Aconteciendo también en esto, el pleno y total abandono de ellos por Dios. Como podemos ver Génesis 4:19

“Y Lamec tomó para sí dos mujeres; el nombre de la una fue Ada, y el nombre de la otra, Zila”.

Génesis 4:19

De estas dos mujeres vinieron a nacer el pueblo desterrado.

“Y Ada dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que habitan en tiendas y crían ganados”.

Génesis 4:20

Indicando con esto, los pueblos que vendrían a domesticar y a colonizar las regiones de la tierra, sacando provecho de la crianza de animales de granja y domésticos, hablando de todos los animales de los cuales el hombre saca provecho. Y con ello pudieron habitar en tiendas con sus familias formando los pueblos. También con esto, sacando  provecho de todo tipo de producto manufacturado, salido de los animales para consumo. Aprovechando con ello todo  lo que de los animales se puede usar. Como por ejemplo: vestimentas de lana y pieles, lácteos, carne, cueros, etc.

Si Dios, no hubiese dado esta capacidad, de aprovecharse de los animales y sus derivados, esta generación exenta de la presencia de Dios, no habría sobrevivido. Por eso, es que vemos que hoy en día, también los que están fuera de la presencia de Dios, se pueden alimentar de los seres vivos y tener la capacidad para manufacturar.

Con todo esto, conocemos que esos dones fueron dados por Dios para que se cumpliese lo que está escrito:

“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra”.

Génesis 1:26

Todo hombre aprovecha y se alegra de la condición de ser imagen de Dios; en cuanto a criatura hecha a su imagen.

Aunque sea como en sombra, conocedor de todo lo creado y elementos de la naturaleza, sumado con el poder de la manipulación, transformación, utilización; valiéndose de lo que existe en la tierra, creador en la inventiva  y descubriendo lo que existe en ella.

El hombre recibió lo que él quiso dominar, en la condición de conocer entre lo bueno y lo malo, lo provechoso y lo desaprobado, porque: siendo él la única primicia creada en la condición de imagen de Dios; vendría en esa condición de privilegio, a ser como Dios como en sombra de lo real y verdadero, coexistiendo en un cuerpo mortal y como en estado de pasajero por aquí en la tierra. Repartidos en él los talentos dados por Dios.

Y todavía nos es más revelado en el versículo 21 de Génesis 4;

“Y el nombre de su hermano fue Jubal, el cual fue padre de todos los que tocan arpa y flauta”.

Génesis 4:21

Jubal, el otro hijo nacido de Ada. Fue el padre de todos los que tocan arpa y órgano. Hablando así la palabra en revelación; no dice que de allí, vendrían a ser revelados todos los talentos y dones dados por Dios en los artesanos a los hombres. Porque teniendo el hombre aquellos talentos y dones para tocar todo tipo de instrumentos, también lo tendrían en el canto, en la hechura y creación  de todo tipo de instrumentos musicales, como obras relacionadas con las artes y la música. La revelación incluye a todo tipo de arte refinada en los hombres, observada hasta el día de hoy en toda la humanidad.

Siguiendo:

“Y Zila también dio a luz a Tubal-caín, artífice de toda obra de bronce y de hierro; y la hermana de Tubal-caín fue Naam”.

Génesis 4:22

Zila tuvo a Tubal-caín; maestro de toda obra de bronce y de hierro. Sabiéndose así, el poder en el hombre en su conocimiento, de transformar en la metalurgia todos los metales y elementos sepultados bajo tierra; en herramientas, obras de gran construcción, armas, máquinas; hoy día hasta en el uso de la tecnología.

Hoy vemos, la misericordia de Dios sobre Caín, en la marca de preservación colocada en su frente y en la de todo hombre natural que tiene la oportunidad de usar los talentos para su diario vivir.

Y más todavía en la prolongación de esta Palabra;

“23 Y dijo Lamec a sus mujeres: Ada y Zila, oíd mi voz; Mujeres de Lamec, escuchad mi dicho: Que un varón mataré por mi herida, Y un joven por mi golpe. 

24 Si siete veces será vengado Caín, Lamec en verdad setenta veces siete lo será”. Génesis 4:23-24

Cuando Lamec comunica la noticia a sus dos mujeres de la muerte de dos hombres. Cuando dice oíd mi voz mujeres de Lamec; él habla a su descendencia o lo que sería generado a partir de allí; un hombre o generación, en la condición de setenta veces siete maldecido. Comunicando su crimen a sus mujeres y descendientes que vendrían a vivir desde allí, en aquella condición; como la de él; criminal. Diciéndoles a todos;  que vendrían a ser como él, con la carga de culpa, en porción doble o multiplicada a la de Caín.

“Que un varón mataré por mi herida, Y un joven por mi golpe”.

En lo que dice que mataría un varón por mi herida, significa por venganza, en represalia de su herida personal, no perdonando y llegando al crimen “y un joven por mi golpe”  indica que fue en un acto de violencia. No perdonó; ni aquel que le quiso la muerte ni a quién le causó un mal.

Cuando vemos, el hombre que pide perdón hoy en día, Jesucristo dice que le debemos perdonar setenta veces siete. O sea, el estado carnal de Caín hasta Lamec, es el mismo estado del hombre actual que no ha sido perdonado, es decir el de sin remisión.

Confirmando la respuesta por medio de Jesucristo como lo dicho más arriba:

“21 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? 

22 Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete”.

Mateo 18:21-22

Creación y formación del hombre. Cuando el hombre fue formado como dice en Génesis, Capítulo 2 versículo 7.

“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”.

Génesis 2:7

La formación del hombre a partir del elemento sin corrupción, fue por causa de la creación. Siendo el hombre, la primicia del proyecto de Dios. Fue solamente después de esto; de formar el hombre que el Señor plantó un jardín en un lugar llamado Edén, hecho por Dios. Este lugar fue hecho arriba o por sobre el estado natural en corrupción que hoy conocemos como el Universo.

Al hombre lo formó del polvo; esencialmente del elemento primario, lo palpable. Sin corrupción; ya que Dios vino a formar al hombre perfecto; sin corrupción, sin pecado. Y todo lo que fue hecho en aquel lugar (Edén), fue perfecto. Así fue en el Paraíso que fue plantado en el Jardín del Edén.

Después de la caída del hombre por el pecado, todo lo que fue hecho, en este mundo que vivimos, fue bueno para Dios, bueno no de bondad, aunque sí en lo óptimo para la existencia natural.

La construcción y creación de la tierra y del universo conocido, fue hecho por Dios del elemento ya en corrupción por el pecado de Adán y Eva. Así nos damos cuenta por la creación que ella misma dejará de ser y que es pasajera.

La tierra que esperamos, ¡es una futura, nueva tierra e infinita, allá en los cielos!

Cuando el hombre fue hecho a imagen de Dios, como está escrito en Génesis capítulo 1 versículo 26. Fue hecho aquí en esta tierra, de un elemento distinto a como fue formado en el paraíso.

“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra”.

 Génesis 1:26

Vemos que después de la corrupción del hombre, él viene a ser como Dios, señoreando las bestias de la tierra, como en el versículo 26, capítulo 1 de Génesis. Obviamente que en una condición distinta a la que estaba en el Edén, y en un mundo diferente; en el Edén estaba sin pecado, alimentándose de las virtudes de Dios y en esta tierra en pecado y corrupción, señoreando las bestias de la tierra.

Porque dice la palabra en el capítulo 3 versículo 5 de Génesis.

“Sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal”.

Génesis 3:5 

Cuando aún no estaban en este mundo y tampoco estaban en la condición de pecado,  ellos sabían que si comían del árbol del bien y del mal morirían. Y según la tentación, venida a través de satanás que les dijo que si comiesen de aquel árbol vendrían a ser como Dios; entonces al comerlo, fueron para la condición de muerte, conociendo el bien y el mal. Porque solo Dios en Su Absoluto, tiene poder de separar el bien del mal.

Después de ser el hombre y la mujer creados en esta condición corruptible en la tierra, pasaron a vivir en el mundo que ellos quisieron; en la condición de ser como Dios. Pero Dios lo permitió en una pre-figura corrupta.

Dios hizo este mundo en la creación en forma palpable de la materia o elemento, estando este en esencia en descomposición.  Siendo así, este no sería eterno; sería finito. Para que todo lo creado viniese a ser pasajero, y solamente la creación, en cuanto a alma, fuese infinita en el hombre. Aunque  ella vendría a poder ser así; en el poder de Dios y en Dios y en Jesucristo; salvador de las almas de aquellos hombres de este mundo, que solo Él puede llevarlas consigo, desde aquí a la Nueva Tierra venidera y eterna en Él.

Hombre y mujer creados en Dios; en la herencia del Hijo de la Eternidad. Todo se pierde aquí, menos el alma rescatada por Dios.

Toda forma deja de ser, y es hecha una nueva forma en Cristo Jesús, una nueva creación, un nuevo cuerpo, un Nuevo Cielo y una Nueva Tierra, amén.

“26 La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo. 

27 Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles. 

28 Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; 

29 porque nuestro Dios es fuego consumidor”.

Hebreos 12:26-29