Lugar de los muertos I: Samuel sube de los muertos delante de Saúl
Noviembre 8, 2013.
1 SAMUEL 28: 3-19
3 “Ya Samuel había muerto, y todo Israel lo había lamentado, y le habían sepultado en Ramá, su ciudad. Y Saúl había arrojado de la tierra a los encantadores y adivinos.
4 Se juntaron, pues, los filisteos, y vinieron y acamparon en Sunem; y Saúl juntó a todo Israel, y acamparon en Gilboa.
5 Y cuando vio Saúl el campamento de los filisteos, tuvo miedo, y se turbó su corazón en gran manera.
6 Y consultó Saúl a Jehová; pero Jehová no le respondió ni por sueños, ni por Urim, ni por profetas.
7 Entonces Saúl dijo a sus criados: buscadme una mujer que sea tenga espíritu de adivinación, para que yo vaya a ella y por medio de ella pregunte. Y sus criados le respondieron: He aquí hay una mujer en Endor que tienen espíritu de adivinación.
8 Y se disfrazó Saúl, y se puso otros vestidos, y fue con dos hombres, y vinieron a aquella mujer de noche; y él dijo: Yo te ruego que me adivines por mí el espíritu de adivinación, y que hagas subir al quién yo dijere.
9 Y la mujer le dijo: He aquí tu sabes lo que Saúl ha hecho, como ha cortado de la tierra los evocadores y a los adivinos. ¿Por qué, pues, pones tropiezo a mi vida, para hacerme morir?
10 Entonces Saúl le juró por Jehová, diciendo: Vive Jehová, que ningún mal te vendrá por esto.
11 La mujer entonces dijo: ¿A quién te haré venir? Y él respondió: Hazme venir a Samuel.
12 Y viendo la mujer a Samuel, clamó en alta voz, y habló aquella mujer a Saúl, diciendo:
13 ¿Por qué me has engañado? Pues tú eres Saúl. Y el rey le dijo: no temas. ¿Qué has visto? Y la mujer respondió a Saúl: He visto dioses que suben de la tierra.
14 Y él le dijo: ¿Cuál es su forma? Y ella respondió: Un hombre anciano viene, cubierto de un manto. Saúl entonces entendió que era Samuel, y humillando el rostro a tierra, hizo gran reverencia.
15 Y Samuel dijo a Saúl: ¿Por qué me has inquietado haciéndome venir? Y Saúl respondió: Estoy muy angustiado, pues los filisteos pelean contra mí; y Dios se ha apartado de mí y no me responde más, ni por medio de profetas ni por sueños; por esto te he llamado, para que me declares lo que tengo que hacer.
16 Entonces Samuel dijo: ¿Y para qué me preguntas a mí, si Jehová se ha apartado de ti y es tu enemigo?
17 Jehová te ha hecho como te dijo por medio de mí; pues Jehová ha quitado el reino de tu mano, y lo ha dado a tu compañero, David.
18 Cómo tú no obedeciste a la voz de Jehová, ni cumpliste el ardor de su ira contra Amalec, por eso Jehová te ha hecho esto Hoy.
19 Y Jehová entregará a Israel también contigo en manos de los filisteos; y mañana estaréis conmigo, tú y tus hijos; y Jehová entregará también al ejército de Israel en manos de los filisteos”.
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En este pasaje Saúl consultó al Señor, el cual no le respondió ni a través de los profetas, ni a través de las oraciones (28:6). Saúl había sido rechazado por Dios por su desobediencia (28:18).
Él se esconde de Israel y del Señor “en la noche” para consultar a los muertos por medio de una espiritista, y pide a una médium hacer subir a Samuel desde el lugar de los muertos, lugar donde todos se adormecerán para ser resucitados en el día del Señor como está escrito en Mateo:
“Más Jesús, habiendo otra vez clamando a gran voz, entregó el espíritu. Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló y las rocas se partieron; y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de Él, vinieron a la santa ciudad y aparecieron muchos”.
Mateo 27:50-53
Y también en 1 Corintios, en la orden en que la resurrección ocurre:
“Más ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida”.
1 Corintios 15:20-23
Y en Hebreos, sobre la espera del juicio y la venida de Cristo, para quién ya murió:
“Y de la manera de que está establecido para los hombres mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan”.
Hebreos 9:27-28
[Nota: ahora, si los hombres mueren una sola vez, restando para ellos apenas el juicio, entonces no viven otra vez para morir nuevamente. Por lo tanto. No hay reencarnación, según la Palabra de Dios]
Este Samuel sube en el poder del Señor y siendo intermediario de Dios cuando había hablado a Saúl en vida, nuevamente ahora es instrumento del Señor cuando el sube de entre los muertos para hablarle (vers.17)
(La Biblia dice que es Samuel, literalmente, quien subió: “Samuel dice a Saúl”, vers. 15)
En este permiso exclusivo de Dios, Samuel sube del Seol ante el rey de Israel, solamente para pronunciar un juicio de condenación. Confirmando su desaprobación a Saúl, ahora delante de esta actitud de consultar a los muertos por la médium (“Entonces Samuel dijo: ¿Y para qué me preguntas a mí, si Jehová se ha apartado de ti y es tu enemigo?”), nuevamente actuando contra la voluntad de Dios. Como Él había ordenado a su pueblo de Israel:
“No sea hallado en ti nadie quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quién consulte a los muertos. Porque es abominación para Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por causa de estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti”.
Deuteronomio 18:10-12
[Samuel también va a hablar en esta ocasión que el verdadero reino es en la descendencia de David]
Así cuando Dios dice que Israel, Saúl y sus hijos serán entregados en manos de los enemigos y “descenderán” (para abajo y no para arriba, espiritualmente) como Samuel para el lugar de los muertos (vers.19), concluimos en definitiva que el lugar de los muertos-Seol-es un lugar en que todos esperan para el día del juicio. En primer lugar el ascenso de sus santos con Jesús, cuando Él resucitó de entre los muertos (Mt.27) y ahora en su segunda venida en la culminación de los tiempos del fin del milenio.
Siendo Jesús la única esperanza de resurrección, de muerte para vida. Siendo Él la propia resurrección y la propia vida.
Como en su resurrección, la muerte fue eliminada en su cuerpo para siempre, así también en la participación de su cuerpo. Es cuando la Iglesia de Él come de su sangre y de su cuerpo, la muerte de nosotros también será apartada eternamente, por nuestra redención y participación en su Cuerpo.
“Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? Le dijo: Sí Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que has venido al mundo”.
Juan 11:25-27
En este pasaje vemos también que el Señor, antes de su venida hizo descansar en el Seol tanto a justos como a injustos: Samuel y Saúl en el mismo lugar (vers.19), y le dice a Samuel que Dios se había convertido en enemigo de Saúl (Vers.16).
Así podemos entender que quieren decir las Escrituras cuando dicen que Jesucristo es el primogénito de los muertos, es decir: El primer Hijo a ser vivificado o revivido de entre los muertos; el primero en la resurrección para vida eterna.
No había justicia en ninguno otro fuera de Él, para que viviese después de muerto. Pues todos pecaron y fueron destituidos de la gloria de Dios.
Solo había una esperanza en Dios de aquellos que esperaban en Él por la fe, de que Él les enviaría su Justificador, o “Enviado”, o “Mesías” o “Ungido”. Dios no dejaría aquellos que creyeran y confiaran en Él en la sepultura. Sin Embargo, todas las naciones de antes de la venida del Señor Jesucristo, yacían allí en el Seol:
Ezequiel 32:17-32
“…vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
18 Hijo de hombre, endecha sobre la multitud de Egipto, y despéñalo a él y a las hijas de las naciones poderosas, a lo profundo de la tierra, con los que descienden a la sepultura.
19 Porque eres tan hermoso, desciende y yace con los incircuncisos.
20 Entre los muertos a espada caerá; a la espada es entregado; traedlo a él y a todos sus pueblos.
21 De en medio del Seol hablarán a él los fuertes de los fuertes, con los que le ayudaron, que descendieron y yacen con los incircuncisos muertos a espada.
22 Allí está Asiria con toda su multitud; en derredor de él están sus sepulcros; todos ellos cayeron muertos a espada.
23 Sus sepulcros fueron puestos a los lados de la fosa, y su gente está por los alrededores de su sepulcro; todos ellos muertos cayeron muertos a espada, los cuales sembraron el terror en la tierra de los vivientes.
24 Allí Elam y toda su multitud por los alrededores de su sepulcro; todos ellos cayeron muertos a espada, los cuales descendieron incircuncisos a lo más profundo de la tierra, porque sembraron su terror en la tierra de los vivientes, más llevaron su confusión con los que descendieron al sepulcro.
25 En medio de los muertos le pusieron lecho con toda su multitud; a sus alrededores están sus sepulcros; todos ellos incircuncisos, muertos a espada, porque fue puesto su espanto en la tierra de los vivientes, más llevaron su confusión con los que descienden al sepulcro; él fue puesto en medio de los muertos.
26 Allí Mesec y Tubal y toda su multitud; sus sepulcros en sus alrededores; todos ellos incircuncisos, muertos a espada, porque habían sembrado su terror en la tierra de los vivientes.
27 Y no yacerán con los fuertes de los incircuncisos que cayeron, los cuales descendieron al Seol con sus armas de guerra, y sus espadas puestas debajo de sus cabezas; más sus pecados estarán sobre sus huesos, por cuanto fueron terror de fuentes en la tierra de los vivientes.
28 Tú, pues, serás quebrantado entre los incircuncisos, y yacerás con los muertos a espada.
29 Allí Edom, sus reyes y todos sus príncipes, los cuales con su poderío fueron puestos con los muertos a espada; ellos yacen con lo incircuncisos y con los que descienden al sepulcro.
30 Allí los príncipes del norte, todos ellos, y todos los sidonios, que con su terror descendieron con los muertos, avergonzados de su poderío, yacen también incircuncisos con los muertos a espada, y comparten su confusión con los que descienden al sepulcro.
31 A estos verá Faraón y se consolará sobre; Faraón muerto a espada, Faraón y todo su ejército, dice Jehová el Señor.
32 Porque puse mi terror en la tierra de los vivientes, también Faraón y a toda su multitud yacerán entre los incircuncisos con los muertos a espada, dice Jehová el Señor”.
Pero hoy, después que el velo se rasgó con el sacrificio de Cristo, y con su resurrección de entre los muertos, todos los que viven en Cristo, por su presencia literal en el Espíritu, ya no descienden más al Seol, sino que duermen en Él, en su descanso (Hebreos 4), aguardando su venida.
“14 Porque, si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en Él.
16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
17 Luego nosotros, los que vivimos, los que hallamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos por siempre con el Señor”.
1 Tesalonicenses 4:14, 16-17
Por eso el Señor Dice:
“Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?”
Juan 11:25
Debido a que solo quien está en aquel que está vivo, y quién en Él está tiene vida, que es en Él mismo, ya no muere porque Jesús nunca más saldrá de él.
Al contrario, si viene a morir en la carne, quedará en el DESCANDO o reposo DEL SEÑOR, adormecido hasta su venida en gloria. No como sucedía con todos antes de su venida, pues no tenían el Espíritu de vida antes de Jesucristo, ni morada justificada en Él.
“En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu, que habían de recibir los que creyesen en Él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido glorificado”.
Juan 7:37-39
“Y se me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”.
Juan 14:3
-Lugar en el propio Señor, en su cuerpo-