“Lugar de los muertos II: Cuando el hombre muere”

Noviembre 8, 2013 0 By Alan De Zoppa Maia

Continuación….

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“¿Porque me sacaste de la matriz? Hubiera yo expirado, y ningún ojo me habría visto. Fuera como si nunca hubiera existido, llevado del vientre a la sepultura. ¿No son pocos mis días? Cesa, pues, y déjame, para que me consuele un poco. Antes que vaya para no volver, a la tierra de tinieblas y sombra de muerte; Tierra de oscuridad, lóbrega, como sombra de muerte y sin orden, y cuya luz es como densas tinieblas”.

Job 10:18-22

Job lamenta sus días como el día de su nacimiento. El desea no haber nacido y haber conocido su sepultura antes de sufrir en este mundo.

Una vez que vivimos en este mundo, es verdad también que el Seol es el destino, un lugar de sepultura de muertos, de donde no se vuelve, lugar llamado de sombra de muerte.

Esta “sombra” es como un velo nebuloso que cubre el alma en profunda obscuridad. Dice “cuya luz es como densas tinieblas” pero, ¿Por qué allí la luz es tinieblas?

Porque las almas en aquel lugar están adormecidas en la muerte.

Aunque sustentadas por Dios en una espera… y ¿Qué hay de luz en ellas?

Están en un vacío. Y allí aguardan el juicio.

 “Más ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre  la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo en su venida”.

1 Corintios 15:20-23

 

“Allí los impíos dejan de perturbar, y allí descansan los de agotadas fuerzas. Allí también reposan los cautivos; no oyen la voz del capataz. Allí están el chico y el grande, y el siervo libre de su señor”.

Job 3:17-19

El Seol entonces es una espera, un dormir. Donde se adormecen los hombres que aguardan el juicio. Hombres que se adormecieron sin el Espíritu Santo entregado por medio de la fe en Cristo; tanto los hombres que serán condenados, como los que serán justificados.

Mateo 25: 31-46 :

“Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con Él, entonces se sentará en su trono de gloria; y serán reunidas delante de Él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda.

Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; fui forastero y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.

Entonces los justos le responderán, diciendo: Señor, ¿Cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos  forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?

Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.

Entonces también ellos le responderán, diciendo: Señor ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? Entonces le responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños de estos, tampoco a mí lo hicisteis. E irán estos al castigo eterno; y los justos a la vida eterna”.

Mateo 25:31-46

(Observen que algunos resucitan como cabritos para condenación y otros como corderos para perdón)

Es como una prisión en la “espera” hasta ver cara a cara el Hacedor y Creador. Entonces todos allí, pequeños y grandes, ricos y pobres, señores y siervos. Siervos en este lugar ya libres de sus patrones terrenales y los patrones ya despojados de sus siervos.

“Allí los impíos cesan dejan de perturbar, y allí descansan los de agotadas fuerzas. Allí también reposan los cautivos; no oyen la voz del capataz. Allí están el chico y el grande, y el siervo libre de su señor”.

Job 3:17-19

Job 14:

“7 Porque si el árbol fuere cortado, aún queda de él esperanza; retoñará aún, y sus renuevos no faltarán.

8 Si se envejeciere en la tierra su raíz, y su trono fuere muerto en el polvo,

9 al percibir el agua reverdecerá, y hará copa como planta nueva.

10 Más el hombre morirá y será cortado; perecerá el hombre, ¿y dónde estará él?

11 Como las aguas se van del mar, y el río se agota y se seca,

12 Así el hombre yace y no vuelve a levantarse; hasta que no haya cielo, no despertarán,  ni se levantará de su sueño.

13 ¡Oh, quién me diera que me escondieras en el Seol, que me encubrieses hasta apaciguarse tu ira, que me pusieses plazo, y de mí te acordaras!

14 Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir? Todos los días de mi edad esperaré,  hasta que venga mi liberación.

15 Entonces llamarás, y yo te responderé; tendrás afecto a la hechura de tus manos.

16 Pero ahora me cuentas los pasos, y no das tregua a mi pecado.

17 Tienes sellada en un saco mi prevaricación, y tienes cosida mi iniquidad.

18 Ciertamente el monte que cae se deshace, y las peñas son removidas de su lugar;

19 Las piedras se desgastan con el agua impetuosa, que se lleva el polvo de la tierra; de igual manera haces tú perecer la esperanza del hombre.

20 Para siempre serás más fuerte que él, y él se va; demudarás su rostro, y le despedirás.

21 Sus hijos tendrán honores, pero él no lo  sabrá; O serán humillados, y no entenderá de ello.

22 Más su carne sobre él se dolerá, y se entristecerá en él su alma”.

Job 14: 7-22             

  

Dice la Palabra que cuando el hombre muere; queda postrado, inerte, adormecido…sin movimiento.

Y ¿dónde sucede esto?

En un lugar en el cual el hombre está dejando su alma, en su sepultura. También su espíritu se evapora, porque el soplo de Dios vuelve a Él y el alma inerte desciende al Seol.

 “Porque, ¿cuál es la esperanza del impío, por mucho que hubiere robado, cuando Dios le quitare la vida?”.

Job 27:8

Dios corta la vida, el soplo o aliento, y le arranca o arrebata el alma de la carne que muere y se pudre, la cual desciende (el alma).

 “Ciertamente espíritu hay en el hombre, y el soplo del Omnipotente le hace que entienda”.

Job: 32:8

 

Dice que hay un espíritu en el hombre y es un soplo de entendimiento, que es de Dios y vuelve a Dios. (Soplo; porque le da vida, pero pasa, es temporal)

Dice en Eclesiastés:

“..antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se rompa junto a la fuente, y la rueda sea rota junto al pozo; y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio”.

Eclesiastés 12:6-7

El soplo o aliento de vida de Dios, termina, y se corta esa unión o conexión divina. Una vez cortado este soplo, él deja de estar en el hombre (espíritu de vida, que no es una persona, sin la vida de Dios en él).

El alma se desprende o separa del “cuenco de oro” (espíritu de vida);

El cántaro se rompa (baso de barro/carne);

Junto a “la fuente” (de vida), donde está el “cuenco de oro” (espíritu de vida).

Quiere decir que es quebrada o cortada “la cadena de plata” o hilo de plata, o el tiempo del viviente en la faz de la tierra.

 

El polvo del cual fue echo el cuerpo vuelve a la tierra, y el alma va para el Seol; mundo debajo de este, en una dimensión, en un día, en un tiempo espiritual.

En el Seol; el alma descansa hasta la resurrección en el día del juicio de Dios. Nosotros tenemos alma, cuerpo y soplo de Dios que es el espíritu. Este espíritu retorna a Él.

Todo este misterio que vemos, es sobre la condición del hombre sin el Espíritu Santo que fue derramado en Jesucristo.

Este y otro misterio, junto con los que reciben a la Persona del Espíritu Santo.

 “Heme aquí a mí en lugar de Dios, conforme a tu dicho; de barro fui yo también formado”.

Job 33:6

En esta condición humana, sin el Espíritu Santo, es que somos solamente formados de barro.

Job 33:

14 Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; pero el hombre no entiende.

15 Por sueño, en visión nocturna, cuando un sueño cae sobre los hombres, cuando se adormecen sobre el lecho,

16 Entonces revela al oído de los hombres, y les señala su consejo,

17 Para quitar al hombre de su obra, y apartar del varón la soberbia.

18 Detendrá su alma del sepulcro y su vida de que perezca a espada.

19 También sobre su cama es castigado con dolor fuerte en todos sus huesos,

20 Que la hace que su vida aborrezca el pan, y su alma la comida suave.

21 Su carne desfallece, de manera que no se ve, y sus huesos, que antes no se veían, aparecen.

22 Su alma se acerca al sepulcro, y su vida a los que causan la muerte”.

Podemos ver en estos versículos de como Dios se comunica con el hombre en la noche, en sueños, en visiones. Entonces le da entendimiento de los misterios en el Espíritu Santo, para ser Él su guía, para guardar su alma del sepulcro (cueva, foso, Seol).

Para que acepte que Jesucristo pague su rescate en estos misterios. El hombre es enfrentado con su propia condición y es pasado por la probación (dura prueba) en su carne y en su alma.       

En estas tribulaciones el mortal padece y se transforma como nos dice en los versículos 19-22

El hombre es crucificado con Cristo en este mundo y muere para los pecados, teniendo ahora su justicia en Jesús, que pagó por él como dice en los versículos 23 y 24

El ángel  intercesor es el Espíritu Santo que intercede por él. Dice “uno de los miles” porque en su Omnipresencia el Espíritu Santo es pleno en cada uno que es redimido.

Entonces este hombre, en vez de descender al sepulcro o Seol, es guardado en el Espíritu Santo, en el Espíritu de vida eterna, hasta el día de la resurrección o arrebatamiento.

 “Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí aunque esté muerto vivirá. Y todo el que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?”

Juan 11:25-26

 

25 “Su carne será más tierna que la del niño, volverá a los días de su juventud.

26 Orará a Dios, y éste le amará, y verá su faz con júbilo, y restaurará al hombre su justicia.

27 El mira sobre los hombres; y al que dijere: pequé, y pervertí lo recto, y no me ha aprovechado.

28 Dios redimirá su alma para que no pase al sepulcro, y su vida se verá en luz.

29 He aquí todas estas cosas hace Dios, dos y tres veces con el hombre,

30 Para apartar su alma del sepulcro, y para iluminarlo con la luz de los vivientes”.

Job 33: 25-30

Así el hombre es lavado de todos sus pecados a través de Jesucristo (vers. 28). El hombre sube de la fosa o se levanta de la tumba, por el Espíritu de Dios y para el perdón de Dios (versículo 30; resurrección)

El soplo o aliento de Dios es lo que nos da vida, en los años en la tierra.

La carne se robustecerá en el Espíritu Santo, como un nacer de nuevo, tornándose un hijo en Jesucristo.

Dios escuchará las oraciones de los hombres redimidos en Jesús, en el lavado en su sangre, quedará perdonado al arrepentirse.

En el versículo 28, Dios no deja el alma del hombre descender más al Seol, una vez en el Espíritu Santo (puesto que es guardada en Él.) (“Dios ha redimido mi alma de pasar al sepulcro”).

En el ver 29, dice que todo es obra de Dios a estos misterios para con el hombre: ser lavado, redimido y justificado antes de ir para el Seol, o sea, antes de morir, estando aquí en la carne o cuerpo. Todos en Jesucristo, 2 o 3 veces para con el hombre, aludiendo al tercer día de resurrección del Señor.

En el versículo 30 habla de los que se levantan del juicio después del milenio (“apartar su alma del sepulcro”) .

En cuanto a nosotros, los que tenemos el Espíritu de Dios, seremos levantados o resucitados en la primera resurrección como está escrito en 1 Corintios 15:20-23

20 “Más ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.

21 Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.

22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.

23 Pero cada uno a su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo en su venida”.

1 Corintios 15:20-23

4 “Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; Y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la Palabra de Dios, los que  no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.

6 Bienaventurado y santo es el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre estos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con Él mil años”.

Apocalipsis 20: 4-6

Y por último, meditemos en estos versículos Job: 34:14-15:

“Si Él pusiese sobre el hombre su corazón y recogiese así su espíritu y su aliento. Toda carne perecería juntamente y el hombre volvería al polvo”.

Sea Dios alabado eternamente en el nombre del Señor Jesucristo, amén.

Juan.